Ana, su mamá, explicó a Elonce TV que "hay mucho dolor pero también recibimos mucho amor de parte de mucha gente. Nos acompañan muchísimo".
Contó que cuando su hijo empezó a jugar "en barrio Francisco Ramírez, donde vivíamos, le decían `makanaki´, en memoria de un jugador de Colombia. Mi papá lo llevó a San Miguel y lo pidieron prestado desde Peñarol para un torneo en Toritos. El director técnico me pidió que lo deje en el club. Desde los cinco años jugó acá y a los 15 debutó en Primera. Salieron campeones ese año. Hace cuatro años fue a jugar a Belgrano, recorrió varias partes del país. Hace dos años se le rompió la rodilla, pero al año volvió a jugar. Fue a Tabossi, le pagaban y todo, pero vio que Peñarol estaba mal y volvió al club".
"El asesino al volante le quitó la vida y sus sueños. Él entrenaba a los chiquitos de la categoría 2006, amaba el club y el fútbol. Se levantaba, tomaba unos mates y se venía al gimnasio", dijo.
La marcha inició en Club Peñarol y dos cuadras antes de llegar al lugar del accidente, quienes participaron encendieron antorchas. Elonce.com