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Transportistas escolares analizan implementar aumentos graduales en la tarifa

Si bien suele haber dos subas al año en el servicio, el precio del gasoil obliga al sector a incrementar las tarifas con mayor frecuencia. Después del receso de invierno se reunirán para analizar la situación.
Los sucesivos aumentos en los combustibles impactan en distintos ámbitos. En este marco, los integrantes de Transportistas Escolares Asociados (TrEsA) en Paraná adelantaron que prevén reunirse cuando finalicen las vacaciones de invierno en la provincia para evaluar qué incremento deberán aplicar en el servicio para no seguir resignando rentabilidad.

Si bien es habitual que al inicio de las clases se ajusten los valores y se vuelva a adecuar el precio tras el receso de invierno, los referentes del sector admiten que las frecuentes subas del gasoil generaron un desajuste con respecto a los índices de inflación, del que les cuesta recuperarse. También los repuestos y los impuestos sufrieron variaciones en sus costos y los referentes del sector admiten que no pueden trasladar la totalidad de los aumentos a los usuarios para no perder clientes. No obstante, hay conductores que ya definieron aplicar aumentos graduales para no trabajar a pérdida.

En este sentido, el titular de TrEsA, Abelardo Giordano, señaló que "cuando empiecen las clases nos juntaremos y vamos a definir cuánto vamos a aumentar. Seguramente la suba será a partir de agosto, y si bien vamos a convenir de cuánto será el incremento, rondará el 20% aproximadamente, porque nosotros hemos tenido incrementos importantes en los costos fijos".

"Ya perdimos bastante rentabilidad. El combustible ha aumentado mucho, pero además subieron los repuestos y es tremendo el gasto que debemos afrontar. Como no podemos trasladar todo de golpe a los usuarios, lo que vamos a hacer seguramente es ir ajustando cada dos o tres meses", sostuvo el dirigente, quien advirtió que además hay ocasiones en las que los vehículos se rompen y se tienen que hacer cargo de arreglos que pueden ser muy costosos, y a veces incluso les toca estar parados y tienen que conseguir un vehículo de reemplazo.

A su vez, analizó: "Sabemos que no podemos plantearle a los papás un aumento drástico porque para ellos también es un problema. Nosotros tenemos muchos padres que son empleados públicos, y ellos no tienen incrementos en el sueldo como se da en el caso del combustible. Hoy el costo de vida es carísimo y tenemos que ver cómo hacemos para no transferirles a ellos más aumentos, pero sin que perdamos tampoco más rentabilidad nosotros".

Giordano explicó que la tarifa actual es variable, ya que muchas veces los propietarios del transporte contemplan la situación de las familias y consideran que el sueldo de los trabajadores en general se desvalorizó. "Ida y vuelta se está cobrando entre 2.200 y 2.300 pesos, pero siempre depende de cada caso, porque no todos tenemos la misma tarifa. Esto queda a criterio de cada transportista. Nosotros en la asociación regulamos y evaluamos los costos, y decimos a los transportistas que lo ideal sería cobrar esto, pero después cada uno decide y acuerda con el usuario", dijo, y añadió: "De ida o de vuelta solamente, oscila los 1.400 y los 1.500 pesos, pero también es un precio tentativo".

Giordano sostuvo que los valores se fijan también según la distancia del recorrido y si es un estudiante solo el que utiliza el servicio o si son dos o más hermanos. "En esos casos, se hace precio", aseguró, y explicó: "Hay alumnos que además salen más tarde un día y no en el mismo horario que los demás chicos, y por ahí se le cobra un poco más. No hay una tarifa que sea 100% lineal, sino que es elástica y la regulamos a medida que se requiere".

Efectos de la crisis

Giordano contó además que producto de los aumentos y la pérdida de poder adquisitivo, muchos usuarios dejaron de utilizar el servicio y los chicos llegan a la escuela por otros medios, aún cuando eso signifique una incomodidad: "Se han bajado muchos, lo cual es un problema para los papás, porque antes el transporte escolar era un artículo suntuario, pero hoy es una necesidad, ya que hay casos en que los papás entran a trabajar entre las 5 o las 7. Como trabajan los dos, no tienen dónde dejar los chicos", señaló.

Mientras los progenitores resignan la seguridad de que a sus hijos el transporte escolar los busque en la puerta de su casa y los lleve hasta el ingreso de la institución educativa a la cual concurren, los propietarios del servicio pierden clientela: "Para ahorrarse el transporte optan porque los lleve la abuela, o un vecino, y también es un problema para ellos", opinó. Acto seguido, aseveró: "Las crisis generan este tipo de situaciones. Hace 20 años que tengo transporte y ya he sufrido la merma, y realmente es un incordio trabajar en ese estado. Nosotros no podemos estar aumentando permanentemente las tarifas y andar revisando los costos, pero tampoco podemos trabajar a pérdida".

Otra medida a la que acuden para optimizar sus recursos en la actualidad es no comprometerse con algún usuario que viva lejos. Al respecto, manifestó: "Lo que estamos haciendo ahora es ajustar los gastos, y al chico que cuya casa o escuela nos queda lejos, se lo damos a otro colega, o no lo llevamos directamente, porque se complica todo".

Por último, recordó que si bien en las vacaciones de invierno históricamente se cobra el mes entero, no ocurre lo mismo en la temporada estival: "En julio lo único que achicamos es el gasto del combustible, pero después tenemos que pagar los impuestos, y además en algunos casos se cobra para reservarle el lugar al chico. Cuando las escuelas privadas le cobran a los papás enero y febrero, nosotros no".

En tiempos de crisis acecha la informalidad
Se estima que en Paraná son entre 90 y 100 los vehículos habilitados por el municipio para prestar el servicio de transporte escolar. Pero se sabe que hay una cantidad mayor de camionetas que no cuentan con los permisos correspondientes para trasladar menores hacia el establecimiento educativo al que concurren, y esto preocupa al sector: uno de cada cinco vehículos utilizados como transporte escolar no está en regla, según calculan.

"En estas épocas de crisis han aparecido vehículos que no sabemos de dónde salieron. Nosotros no denunciamos nada, sino que solamente pedimos un informe a la Municipalidad por la sencilla razón del riesgo que se corre si hay un accidente con un transporte no habilitado", dijo Giordano, y señaló: "Si pasa eso, no van a hacer foco en ese vehículo en particular, sino que van a acusar al transporte escolar en general".

En este marco, destacó: "Nosotros, en 45 años de actividad que tiene el transporte escolar en Paraná, nunca tuvimos un accidente vial y queremos conservar eso, además de tener en la capital entrerriana la flota más moderna de vehículos del país en el sector".

Si bien periódicamente desde la Municipalidad suelen hacer algún tipo de control para verificar que los prestadores del servicio estén en regla, no es sencillo corroborar si alguien que va en un auto a una escuela y busca a dos o tres chicos lo hace como favor a los demás padres o si les cobra una tarifa que, al no estar en regla ni pagar cargas impositivas ni seguros, puede ser inferior a las de los que están habilitados para tal fin. "Pedimos estos datos además porque hay gente nueva que tiene transporte y a lo mejor no la conocemos, y otros que se han dado de baja", manifestó a UNO el dirigente.
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