De confirmarse la tendencia, el resultado configuraría una dura derrota para los candidatos identificados con el gobierno de Sebastián Piñera.
En total se elegirán 155 convencionales constituyentes, pero 17 de ellos están reservados para los pueblos originarios y habrá paridad entre mujeres y hombres, por lo que la asignación de los cupos deberá esperar hasta que finalice el conteo en cada uno de los 28 distritos.
Cada uno de esos distritos entregará cupos proporcionalmente a los habitantes de esas zonas.
En Chile se utiliza el sistema D’Hondt para los candidatos constituyentes, que consiste en un método matemático de carácter proporcional, que busca fortalecer la representatividad en los delegados a escoger.
Estos 155 convencionales constituyentes tendrán la tarea de redactar una nueva Constitución en un lapso máximo de 12 meses, y cada norma debatida deberá contar con una aprobación de los dos tercios.
Luego el proyecto de nueva Constitución deberá ser sometido al llamado “plebiscito de salida”, en el que los chilenos votarán nuevamente si aprueba o rechazan la Carta Magna.
De ganar el "apruebo", se convoca a una sesión solemne del Congreso Pleno y se jura sobre la nueva Carta Fundamental.
En caso contrario, queda vigente el texto actual, que data de 1980, escrito durante la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet (1973-1990).