Mensaje a la juventud
Poco después de llegar, Francisco envió un mensaje dirigido a los jóvenes tailandeses, animándolos a seguir adelante en la vida a pesar de las dificultades. "¡Un joven no se puede jubilar a los 20 años, tiene que estar caminando! Siempre más allá, siempre subiendo", expresó.
Su agenda incluye una reunión con el líder budista más importante de Tailandia, con autoridades locales y con todos los obispos católicos de Asia, una oportunidad poco habitual para debatir sobre los desafíos de la Iglesia en la región. La visita del Papa, la primera en 35 años, tiene como objetivo alentar a la comunidad católica, que supone apenas el 0,58% de los 69 millones de tailandeses, cuya mayoría es budista. Su llegada coincidió con el 350 aniversario de la creación de un vicariato apostólico estable en el país, entonces conocido como Siam, tras la llegada de misioneros dominicos en 1567, seguidos más tarde por jesuitas, la orden a la que pertenece Francisco. Antes de su partida hacia la región, Francisco expresó su confianza en que la gira servirá para fortalecer los lazos de la comunidad católica con "hermanos y hermanas budistas".
El recuerdo del horror
El sábado el Pontífice se trasladará en avión a Japón, en una visita de tres días. El domingo visitará Nagasaki e Hiroshima, las dos ciudades atacadas hace 74 años con bombas atómicas estadounidenses, que causaron la muerte de 74.000 personas y 140.000 personas, respectivamente.
En esas ciudades que simbolizan el horror de la guerra, Francisco rendirá un conmovedor homenaje a las víctimas de los primeros y únicos ataques con bombas nucleares de la historia y exigirá al mundo por la eliminación total de este tipo de armamento.