El juez Ernani Mendes Silva Filho advirtió que la "aglomeración de personas y movimientos que pueden ocasionar trastornos a los vecinos de la región y grave lesión al orden de la seguridad", lo que erosiona la chance de los seguidores de Lula de acampar en la zona hasta que el ex jefe del Estado quede libre.
Frente a la Superintendencia de la Policía, no solo simpatizantes de Lula se concentraron hoy a la espera de su llegada desde San Pablo, sino también cientos de detractores del exmandatario, que, por el contrario, festejaron su condición de preso.
El clima de tensión y esa presencia de grupos antagónicos obligaron a la Policía Militarizada a establecer un cordón policial de 30 metros para separar a ambas concentraciones.
Mendes Silva Filho prohibió la entrada de personas y vehículos no autorizados en las calles próximas al recinto donde Lula está en prisión para "garantizar la seguridad de la población del entorno" y "evitar acontecimientos violentos", según indicó en su auto, recogido por la agencia EFE.
Prohibió además que se monten "estructuras y acampadas en las calles y plazas de la ciudad sin previa autorización municipal".
Según la agencia EFE, equipos de choque de la Policía dispersaron con gases lacrimógenos a los partidarios de Lula que protestaban en la puerta de la sede policial, pero esperaron en cambio que se fueran solos quienes festejaban el encarcelamiento del líder del PT.
Lula llegó a Curitiba en un avión desde San Pablo, donde se entregó a la Policía Federal en respuesta a una orden de prisión dictada por el juez Sergio Moro.