Internacionales Es una práctica que se hace desde 1953

Por qué bautizan a los huracanes con nombres de personas

Cada año los huracanes se organizan en orden alfabético alternando nombres femeninos y masculinos. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) es la encargada de bautizarlos.
Los nombres de los huracanes no están puestos al azar sino para que faciliten la divulgación de alertas de manera más sencilla que con una denominación técnica. Un grupo de científicos, una vez al año se sientan a una mesa para revisar las listas que alterna masculinos y femeninos en orden alfabético.

"Ellos preparan listas de 21 nombres, que deben ser fáciles para que la gente los recuerde. Se repiten cada 6 años", explica Rosana Nieto Ferreira, profesora de Ciencias de la Atmósfera de la East Carolina University.

La científica agregó que "es una práctica que se hace desde 1953. Al principio sólo se elegían nombres de mujeres, pero desde 1978 también se utilizan nombres de hombres. Cualquier nombre de un huracán que haya producido muchas pérdidas de personas o económicas ellos lo jubilan, deciden no utilizarlo más. Por ejemplo, nunca más habrá un huracán que se llame Katrina" (que causó cerca de 2.000 muertos en Nueva Orleans y el sur de Estados Unidos en 2005).

La lista se elabora por región y tiene nombres en inglés, francés y español, en orden alfabético. Se omiten las letras Q, U, X, Y y Zporque se estima que son pocos los nombres que comienzan con esas iniciales. Se reciclan cada 6 años. La nómina de este año, por ejemplo, es la misma que se utilizó en 2010. En esta temporada ya hubo cuatro originados en el Atlántico: Frankly, Gert, Harvey e Irma. Y en las últimas horas se agregaron José y Katia, que acaban de formarse.

La experta señala que la lista comenzó con nombres exclusivamente femeninos porque en esos tiempos la mayoría de las personas que trabajaban con los nombres de huracanes eran hombres y los bautizaban como sus novias, esposas o madres. Pero luego se corrigió el desequilibrio de género.

"Hubo un cambio en los setenta. La idea era que no sólo las mujeres fueran devastadoras, o sinónimo de devastación", afirma Nieto Ferreira.

El Sol.
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