Las hinchadas organizadas de varios clubes, presentes en una demostración inédita de unidad, cantaban todas por Chapecoense, lanzando bengalas verdes y blancas. Los cuerpos sin vida de los jugadores del club fallecidos el lunes en un accidente aéreo en Colombia llegaron en dos aviones de Hércules C-130 de las Fuerzas Aéreas Brasileñas (FAB), procedente de Medellín, que aterrizó en el aeropuerto de Chapecó a las 09.30 hora local, tras hacer una escala técnica en Manaos, en la región amazónica. El presidente de Brasil, Michel Temer, el embajador de Colombia, Alejandro Borda, autoridades locales y familiares de las víctimas esperaban los ataúdes en el aeropuerto local de Chapecó, una ciudad de 200.000 habitantes del sureño estado de Santa Catarina que sigue conmocionada tras el trágico accidente que tuvo lugar la noche del lunes en Medellín. Los brasileños fallecidos en el siniestro son 19 jugadores del Chapecoense, 25 dirigentes, personal técnico e invitados del club, así como 20 periodistas que cubrirían el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana que el equipo iba a jugar el pasado miércoles en Medellín con el Atlético Nacional.
Desde el martes, los alrededores del Arena Condá se han convertido en un memorial improvisado, donde amigos y vecinos colocan mensajes de agradecimiento a los jugadores que llevaron a este humilde club de Santa Catarina hasta su primera final internacional.