Economía

Para Industria del software, las retenciones son "un impuesto a la inteligencia"

La exportación de servicios basados en el conocimiento pagará retenciones desde 2019, ya que antes se debe aprobar por ley. El año pasado el país vendió US$ 6.700 millones, de los que US$1700 millones corresponden a esta industria.
La exportación de servicios basados en el conocimiento desde el 2019 pagará retenciones ya que antes se debe aprobar por ley; el año pasado el país vendió afuera US$ 6.700 millones, de los que US$1700 millones corresponden a la industria del software que reaccionó "sorprendida" ante la carga tributaria no sólo por el impacto económico sino porque es una mala señal. "Es un impuesto a la inteligencia", define Aníbal Carmona, presidente de la Cámara de la Industria Argentina de Software (Cessi).

El ejecutivo explica a LA NACION que el sector "entiende lo que está pasando; hay una crisis muy aguda, pero lo último que hay que hacer es hipotecar el futuro. Si el valor agregado es igual al comoditie estamos en mal camino; coincidimos con Macri en que es una medida malísima".

A modo de ejemplo menciona que hace dos meses se firmó con Brasil un acuerdo después que ese país eliminó la doble imposición tributaria (lo que permitió reducir los costos de exportación entre 10% y 15%); una oportunidad para un mercado potencial de US$12.000 millones. "Ahora hay que llamar y avisar que quedó todo desfasado", graficó Carmona.

El Clúster Tecnológico de Córdoba es el más grande del país, entre capital e interior reúne a 300 empresas que emplean a unas 13.000 personas y facturan alrededor de $8000 millones al año (2017) en el mercado local y unos $1000 millones en el exterior.

Su presidente, Diego Casalli advierte que el impacto económico -con el actual tipo de cambio- es bajo, pero que es una "pésima medida en un mundo donde la industria se potencia y se eliminan todas las trabas".

La referencia es la reciente decisión de Uruguay (competidor directo de Argentina) de dejar tasa cero de Ganancias y Rentas a la industria mientras que Colombia avanza en el mismo sentido. "Por eso lo alarmante a nivel mensaje; lejos de estar promoviendo al sector lo estamos complicando".

Los empresarios coinciden en que la industria del software "construye futuro" y que con el "corralito" ya se registró la experiencia de que las firmas abrieron subsidiarias en otros países y canalizaron por esa vía las exportaciones. Destacan que es un sector flexible y que se mueve rápidamente.

La balanza comercial del sector es positiva en US$900 millones; lleva un crecimiento anual promedio de 9% en los últimos 15 y paga salarios 38% superiores a la media de la industria. Las exportaciones vienen mejorando a una tasa del 7% anual y la expectativa para este año era duplicar ese valor. El 65% de las empresas trabaja para el mercado interno.

"El talento que utilizamos es clase mundial, si no lo pagamos nosotros lo harán otros porque hay una 'guerra' por tenerlo", apunta Carmona. En la industria están convencidos de que con los actuales niveles de inflación y de tasas, cuando no puedan pagar lo que piden los recursos humanos "migrarán o trabajarán para el extranjero; se acrecentará el freelancer que se mueve sin tributar".

Para Carmona las tasas de interés al 60% "hacen imposible operar; son de quebranto, no se puede financiar ni preventas ni enviar gente al exterior, participar en misiones. Hay que contar con instrumentos financieros para poder aprovechar el nuevo tipo de cambio".

El economista Gastón Utrera subraya que, pensando en el mediano plazo, "ninguna retención tiene sentido, pero esta es una situación de emergencia y seguramente el Gobierno analizó cómo le darían los números a los exportadores con el dólar a $40 y resolvió la medida". En ese contexto, admitió que para sectores como el del software donde la mayor parte de los costos es en pesos, la mejora con el nuevo tipo de cambio es importante y la retención no frenará operaciones.

El último Observatorio Permanente del Software y Servicios Informáticos, presentado hace tres días, refleja que las expectativas del crecimiento actual de las exportaciones cayeron 45,5% y las de empleo 36% en relación de las registradas a comienzo de año.

El mismo estudio, indica que el volumen total de ventas esperado para este año respecto del 2017 pasó del 5% de crecimiento anual neto de inflación, a una caída mayor al 10%.
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