En la oportunidad, adelantó que las nuevas listas de precios llegaron con aumentos de casi un 20% pero según sostuvo, los comerciantes no pueden aplicarla. "Es como una represión que hacemos, porque si aumentamos los precios y nuestra clientela es asalariada, no vendemos", explicó.
"Es una situación crítica porque se trabaja a pérdida", sentenció al tiempo que descartó problemas de abastecimiento.
"Las ventas son condicionadas porque los proveedores nos venden sin precios, o lo fijan al momento de pagar", reveló.
"Son unos meses muy críticos porque las ventas venían cayendo consecutivamente, salvo unos meses, pero los repuntes fueron muy pocos", rememoró Gabás. De acuerdo a lo que indicó, "este año, las ventas cayeron más de un 5% y eso se ve reflejado en la cantidad de negocios que desaparecieron del microcentro y locales que vemos desocupados".
Según comentó, los comerciantes migraron a locales más baratos en los barrios o directamente cerraron las sucursales que tenían. "Es un momento crítico por un modelo económico que no apoya al mercado interno porque los sueldos no han acompañado a la inflación, los acuerdos paritarios están muy por debajo de la inflación, y a todo eso se sumaron los mayores costos que pagamos, en el combustible, los alquileres, los servicios de luz y gas", apuntó Gabás. Y continuó: "A lo que se sumó el golpe de la devaluación, una transferencia de ingresos desde el sector de ingresos fijos al exportador; pierden los asalariados en beneficios de los que exportan".
"El dólar aumentó, en una semana, de 30 a 40 pesos y eso generó miedo y temor. Hace que se encarezca todo porque los insumos que pagamos son a precio de importación y cada punto que se devalúa, más caro es el nivel de vida", detalló el comerciante. (Elonce)