El primer entrenador en dejar su cargo fue Matías Módolo de Deportivo Riestra en la fecha 3, quien había logrado el ascenso a Primera en 2023, tras sumar apenas un punto de nueve posibles. El DT de 37 años le ganó a Comunicaciones por los 32vos de final de la Copa Argentina pero antes de que llegue la cuarta jornada pegó el portazo.
En la jornada siguiente, llamada "fecha de los clásicos", Independiente Rivadavia fue vapuleado 4-1 por Unión y Rodolfo De Paoli fue despedido habiendo sumado seis puntos de 21 posibles, producto de ganar dos y perder los cinco restantes.
A esta altura del campeonato ya eran seis los técnicos que habían perdido su cargo, pero se vivió una situación muy particular: Sava, recientemente echado de Huracán asumió en Atlético Tucumán para suceder a la dupla Orsi-Gómez, quienes al mismo tiempo reemplazaron a Grazzini en Platense.
Guillermo Farré fue el siguiente en sumarse a esta lista después de empatar 2-2 contra Central Córdoba en Santiago del Estero por la fecha 10, con el agregado de que hasta ese momento era el entrenador que más tiempo llevaba en el cargo y había logrado el ascenso en 2022. El DT estuvo al mando del primer equipo de Belgrano por dos años y nueve meses.
Central Córdoba fue aplastado 5-0 por Estudiantes en la decimotercera jornada y Abel Balbo fue echado de su cargo habiendo logrado sólo diez puntos de 39 posibles. De esta manera, el DT de 57 años cerró su segundo ciclo al mando del Ferroviario.
Rubén Darío Insua era el técnico que más tiempo llevaba en el cargo por la salida de Farré, pero el pasado 11 de abril fue echado por la dirigencia después de caer 2-0 contra Independiente del Valle por la segunda fecha de la Copa Libertadores. Cabe recordar que, sumado a esta caída, San Lorenzo se había quedado afuera de los cuartos de final del campeonato argentino dos jornadas antes del final.
La Copa de La Liga Profesional deja un saldo de 11 técnicos despedidos en 14 jornadas, y los números son de casi un DT echado por fecha. Además, resta esperar a qué sucede con los ocho clasificados a cuartos de final, porque más allá de que parezca extraño que un entrenador se vaya después de meterse entre los mejores del país, en el fútbol argentino es una posibilidad concreta.
