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Román Burruchaga, hijo del entrerriano, debutó en el circuito ATP con un triunfazo ante Schwartzman

Para Román Burruchaga será una fecha inolvidable: jugó su primer partido en el cuadro principal de un torneo de ATP, el Córdoba Open, y además, su primer triunfo en el circuito principal del ATP Tour, a sus 22 años.
Para Román Burruchaga será inolvidable: su primer partido en el cuadro principal de un torneo de ATP, el Córdoba Open. Más: su primer triunfo en el circuito principal del ATP Tour, a sus 22 años. Para Jorge Luis, su padre, el hombre que definió México 1986 para que Argentina lograra por segunda vez la Copa del Mundo de fútbol, también: presenció en una tribuna ese bautismo triunfal de su hijo.

Para Diego Schwartzman, no, no será memorable: perdió por enésima vez en una época opaca, larguísima, de su carrera. Pero Peque, derrotado por 6-1, 4-6 y 6-4 en la rueda inicial del torneo de categoría 250, tuvo una buena actitud para con el tenista número 170 del planeta.

"No quiero hablar tanto de mí. Fue el primer partido de ATP que ganó Román, con su papá acá, que representa mucho para Argentina. Lo sé porque soy futbolero. Ojalá él disfrute", comentó Diego en la zona mixta ante periodistas.Y fue más allá: "Yo estoy enojado, caliente, con mi nivel, pero hay que ver el lado positivo de que se suma otro argentino. Ojalá lo disfrute y siga avanzando", valoró lo grupal por sobre lo individual, en un deporte tan... individual.

Schwartzman, de 31 años y 117º en un ranking que lo vio 8º hace poco más de tres años, fue vencido por el novato de 22, con muchos vaivenes. Ganaba Burruchaga por 6-1 y 4-2; quedaron set iguales; se adelantó Román a 4-1 en el tercero y Diego recuperó un quiebre, pero el hijo del ex futbolista conservó el otro y pasó a los octavos de final en el Polo Deportivo Kempes.

Es el octavo compatriota en una rueda de octavos, cifra que emparda el récord, que se dio en el Argentina Open de 2015."Estoy muy contento. Lo dedico a mi familia. Iba controlando bien, pero nunca es fácil cerrar un partido, y menos contra Schwartzman. Estoy feliz por haber ganado mi primer partido de ATP", comentó Román, que viene galopando en el certamen.

En la clasificación había superado a su coterráneo Hernán Casanova (378º en el mundo) y al italiano Marco Cecchinato, que, al igual de Schwartzman, supo de tiempos mejores, mucho mejores (ex 19º, actual 197º).

En la próxima etapa el Burru tenista va a enfrentarse con un alemán, Yannick Hanfmann (59º), que se impuso al peruano Juan Pablo Varillas por 5-7, 7-6 (7-1) y 6-1.En esa rueda, los locales que tendrán acción este miércoles serán tres: Francisco Cerúndolo, contra Jaume Munar (74º); Tomás Martín Etcheverry, frente a Bernabé Zapata Miralles (79º), y Federico Coria, ante Albert Ramos-Viñolas (84º). Una particularidad: todos serán duelos de argentinos con españoles.

El pozo sin fin en el que está Schwartzman no impide que el diestro porteño mantenga las buenas formas, el interés en el público y, sobre todo, la esperanza.

"Agradezco la invitación del torneo y a la gente de Córdoba por el recibimiento. Incluso hoy, en un partido que al principio salió bastante feo. La gente estaba ahí para apoyar, cosa que es linda, y por eso terminó estirándose el partido; por lo menos se dio un espectáculo un poco mejor", valoró Peque, subcampeón en la capital cordobesa en 2020.Que, no obstante, tuvo margen para la autorreferencia crítica. "Es un momento muy complicado; vengo diciéndolo. Fuera de la cancha estoy muy bien, pero en ella está costándome mucho. No hay muchas vueltas por darle. A veces por nivel, a veces por tensión, no juego en el nivel al que por muchos años estuve acostumbrado. Salvo por algunos meses en el final del año pasado, llevo una racha larga en la que no encuentro mi nivel. En esta gira pero del año pasado empezó ese bajón y hoy repetí. Pero no quiero entrar mucho en detalle de lo mío. Es una derrota. A esta altura del partido no voy a verla más grave que lo que es", analizó, sin dejar de sostener cierta confianza en el futuro.

La explicitó: "A seguir entrenándome, a seguir preparándome como lo hago siempre, y quizás en algún momento un clic haga que vuelva a rendir en la cancha".

Ese futuro es el Argentina Open en Buenos Aires, la semana que viene, y el también 250 de Los Cabos, México, en la subsiguiente, que se superpone con el 500 de Río de Janeiro. Schwartzman no estará en Brasil.

"Río no me dio una invitación, lamentablemente, y sin saber cuántos partidos voy a llegar a jugar en Buenos Aires, podía quedar muy cerca jugar la clasificación. En México me dieron una invitación y es un torneo que gané en 2019, así que decidí volver allá", justificó.

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