Las emociones comenzaron a flor de piel en el mítico estadio de Londres. A tan sólo 12 segundos de juego, y tras el puntapié inicial, la pelota le llego a los pies a Ortega Moreno, quien lanzó un pase largo para que Erling Haaland la peine contra la última línea del United. Ahí fue cuando Kevin De Bruyne saltó en la disputa con Victor Lindelof, quien concretó un despeje defectuoso, se la dejó servida a Ilkay Gundogan en la puerta del área y el mediocampista alemán no dudó: zapatazo de derecha y apertura del marcador tempranera para los Ciudadanos. Sin embargo a los 32 minutos de la primera mitad, y cuando todo era de color celeste, Aaron Wan-Bissaka levantó un centro al área, Jack Grealish impactó la pelota con la mano y tras unos minutos de revisión de VAR el árbitro decidió convalidar la pena máxima. Bruno Fernandes se hizo cargo desde los doce pasos: carrera lenta, mirada fija en la número cinco y arquero para un lado, pelota para el otro.
Ya en el segundo tiempo, los de Erik Ten Hag comenzaron con una postura más amenazante y realizando una presión alta, pero entró escena Gundogan nuevamente para traer calma a Pep Guardiola. Al minuto seis del complemento, De Bruyne ensayó un tiro de esquina a la medialuna del área rival donde esperaba el volante bávaro, quien con una volea de zurda dejó sin reacción a De Gea y puso arriba nuevamente al City.