Se trata de un gol marcado por Enzo ante Vélez en el Amalfitani, con una asitencia de lujo hecha por entrerriano Roque Alfaro. La conquista corresponde a uno de los partidos de la enorme campaña del equipo del Bambino Veira en el campeonato 85/86 que terminaría ganando.
Tras recibir el pase de taco del Brujo Alfaro, oriundo de Nogoya, el Príncipe abrió el pie derecho y, con toda su calidad, la puso en un lugar imposible para el arquero local. River terminó ganando 4 a 1 con otros goles de Claudio Morresi, Américo Gallego y Carlitos Fren en contra.
El Príncipe, que fue el goleador del certamen con 25 goles, fue vendido a Europa posteriormente y no jugó la Libertadores que el elenco del Bambino terminó ganando. Luego, alcanzaría la triple corona en Japón ganando la Intercontinental en ese glorioso 1986, con el nogoyaense Alfaro en el plantel.
La gran revancha del actual manager de River se dio en 1996, cuando en su segunda etapa en el club alzó el título continental como capitán del equipo de Ramón Díaz.