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Boxeo: Wilder vs. Fury, en una gran revancha de pesos pesados

El estadounidense Deontay Wilder, campeón mundial pesado del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), y el retador inglés Tyson Fury darán vida esta noche, en el MGM de Las Vegas, a uno de los desquites más interesantes del boxeo moderno.
Wilder vs. Fury.
Foto: Wilder vs. Fury.
Se trata del choque de dos gigantes: Wilder, de 34 años, 2,01 metros, con 42 victorias (41 KO) y un empate, ante Fury, de 31 años, 29 éxitos (20 KO) y una igualdad, de 2,06 mts. Entre ambos sumarán 4,07 metros de altura sobre el ring. Se acercarán al record de "longitud" exhibida por el ruso Nicolai Valuev, campeón (AMB), de 2,13 mts -el más alto de la historia- y el desafiante norteamericano Jameel McCline, de 1,98m, en una pelea mundialista. Valuev ganó por KOT en tres vueltas en Basilea, Suiza, y la suma de sus estaturas (4,11 metros) será muy difícil de equipar.

La gran expectativa internacional ,por esta pelea, está dada por el trámite gestado en aquel célebre empate del 1 de diciembre de 2018 en el Staples Center de Los Angeles. Fue una pelea trabada y sucia pero con picos emotivos de un voltaje inusual que elevó su contenido a lo máximo. Fury cayó dos veces, en el 9° y 12° round. Y allí , Wilder no supo ejecutarlo y los jurados no reconocieron sus ventajas en el puntaje. Aún se discute tal veredicto donde todos - público y expertos- tuvieron una opinión diferente.

Wilder es un luchador social eyectado de la cultura deportiva negra de Alabama hacia su consolidación personal. Orgulloso de su origen, de pertenecer a parte de la historia de Joe Louis y de ser habitante de la ficción de "Forrest Gump". Sobre el ring muestra un temperamento inestable y lleno de dudas. Lo suple sacando su derecha a fondo, con efecto de KO cuando nadie lo percibe. Y eso lo convirtió en uno de los campeones elegidos por la gente.

Carece de arte y lucimiento, pero posee lo muy pocos tienen: un tiro de KO letal. Así acabó con Luis Ortiz y Dominic Breazeale en sus dos últimos pleitos. Así son sus peleas. Sólo Fury y Bermane Stiverne terminaron de pie frente a él.

Fury es el personaje más controvertido del deporte británico del Siglo XXI. Simpático y maleducado a la vez. Preparado para declamar las barbaridades de peor gusto y conmover a los fanáticos narrando las vivencias miserables de su vida. Emergió de la colectividad gitana de Manchester y llegó al boxeo por legado de su tío. Ganó el título pesado (AMB-FIB-OMB) cuando pocos lo auguraban: destronando a Wladimir Klitschko, en Alemania, en 2015.

Tras aquella consagración sobre el ring, tomó el micrófono y cantó amorosamente para su esposa -presente en el ring side- pintando un momento inolvidable. Semanas después se sumergió en los peores vicios autoflagelándose, casi en modo terminal. Tiró los títulos a la basura y gritó a viva voz: "¡Que alguien me mate antes que lo haga yo por mi propia cuenta!".

Trabajó duro y superó sus depresiones. Volvió a entrenar en 2017 y se transformó en uno de los peleadores más populares de Las Vegas, donde efectuó sus últimas dos peleas tras empatar con Wilder. Ambas fueron de corte deficitario, ante el alemán Tomo Schwarz y el sueco Otto Wallin. Esto habilita pistas para el comentario del combate de esta noche. De gran movilidad sobre el ring y buena técnica pese a su gigantesca estructura, no tiene pegada, pero sin un temperamento inquebrantable. Es un acertijo cada vez que sube al ring.

Bob Arum, a los 90 años, consiguió unificar los intereses de las cadenas de TV ESPN y FOX, pantallas de Fury y Wilder, respectivamente, para concentrar todos sus esfuerzos en la televisación por sistema de PPV -evento pago por hogares- al precio de 79.90 dólares por comprador. Al respecto, el veterano organizador declaró: "Todo será un éxito. Arriba y abajo del ring y estimo se venderán casi dos millones de PPV - cifra que parece excesiva-. ¿Por qué? Ambos están permanentemente en las noticias de sus respectivos canales. ESPN, tiene 83 millones de abonados en Estados Unidos y FOX posee 120 millones de suscriptores. Es una promoción constante, que pocos eventos podrían recibir. Y esto garantiza mi deducción".

ESPN transmitirá en exclusivo para Argentina a partir de las 23. Se estima que Wilder-Fury combatirán a la 1 de la madrugada del domingo. Los récord de venta de PPV están en manos de Floyd Maywether con sus peleas ante Manny Pacquiao, Conor Mc Gregor y Oscar de la Hoya. Las cifras fueron 4.600.000, 4.300.000 y 2.400.000 adquirentes, respectivamente, en cada uno de esos combates.

Hay dos historias de gigantes modernos, uno blanco y otro negro, que sepultarán las fantasías ejecutadas por los descomunales cuerpos de Jess Willard o Primo Carnera hace casi 100 años. Wilder y Fury anticipan una revancha a su manera. Especulando, buscando el error del adversario y tratando de meter un golpe frío y definitivo. Y todo esto le queda mejor a Deontay Wilder. (La Nación)

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