Ayer, se llevó adelante un encuentro entre el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, y las máximas autoridades de River y Boca, Rodolfo D'Onofrio y Daniel Angelici. Al finalizar la reunión, Domínguez confirmó que la Superfinal de la Copa Libertadores se va a jugar el 8 o el 9 de diciembre fuera de la Argentina.
A pesar de la declaración del director de la Conmebol, Angelici aseguró que el club de la Ribera tiene argumentos suficientes para que le den por ganado el partido y promete ir hasta las últimas instancias. Por el momento, la confirmación del encuentro está abierta a la posibilidad de que el Tribunal Disciplinario de la entidad cambie la decisión.
"Si no estuviera convencido de que tenemos los elementos suficientes, no hubiese firmado esta presentación", dijo el presidente de Boca, que seguirá a la espera de la resolución de disciplina y sanciones. "Si no nos dan la razón, tenemos el derecho a apelar. Y si tenemos que recurrir al TAS lo vamos a hacer", agregó.
Según confirmaron fuentes de la Conmebol, los abogados de Boca llevaron a su sede de Asunción una carpeta nueva con 46 folios con los que busca respaldar su pedido para la aplicación del artículo 18 y conseguir los puntos de la revancha, para ser campeón de la Copa Libertadores.Unidad Disciplinaria recibe ampliación de denuncia de Boca Juniors.
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) 27 de noviembre de 2018
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Este documento fue trasladado a River, para que realice su descargo, y esto obligó a la demora del fallo, que inicialmente iba a conocerse este martes por la noche.
En el comunicado de la Conmebol, donde se especificó que todo queda sujeto a lo que resuelva el Tribunal de Disciplina, Domínguez tomó como parámetro el articulo 4 del Reglamento de la competencia en el que señala que la entidad lo elaboró "de forma de garantizar los principios de integridad, continuidad y estabilidad de las competiciones".