Los primeros diez minutos fueron tal cual lo diseñó el conjunto chaqueño, porque limitó las ofensivas de un equipo al que le sobran variantes. En ataque fue pragmático, buscando los rompimientos a la pintura para desnivelar.
En el segundo parcial, Entre Ríos se amigó con el aro; sus ataques posicionales mejoraron, y los tiradores encontraron lanzamientos cómodos para devolverle la ventaja a los mesopotámicos. En defensa no permitieron las transiciones rápidas, y con un juego físico -se pitaron demasiadas faltas- frenaron el goleo chaqueño.
Al entretiempo Entre Ríos se imponía 41 a 36. A la vuelta del descanso largo, los punteros de la Zona A estiraron su buen momento: secaron a Chaco -careció de variantes- y su ritmo anotador aumentó. Desde el banco aportaron puntos Forestieri y Fernández. Los chaqueños tuvieron tiros accesibles, pero su falta de puntería comenzó a pasarles factura; al final del tercer cuarto la diferencia era de catorce puntos.
El cuarto período fue de película, desde los dieciocho puntos de luz que obtuvo Entre Ríos en el arranque, a una remontada épica de Chaco basada en presionar a la pelota y atacar la pintura. En el momento que los norteños tuvieron para dar la arremetida final, fallaron en los tiros libres.
En el otro costado, la mano de Forestieri no perdonó -un triple y dos libres clave- para sentenciar un partido para el recuerdo. Entre Ríos sigue con paso firme, y este 91 a 87 lo ubica como único líder de la Zona A. Este miércoles, el Verde enfrentará a Córdoba, desde las 16.
Prensa CABB
