En el cuarto duelo entre estos dos jugadores en el primer grande de la temporada, Federer se tomó su desquite y le ganó por primera vez a Nadal, su verdugo en la final del 2009, y en las semifinales de 2012 y 2014, en tres horas y 36 minutos.
Fue un partido intenso y con incertidumbre hasta el último set, donde el español arrancó quebrándole el saque al suizo, llegó a estar 3-1 arriba y pudo haberse puesto 4-2, pero Federer logró quebrarle para igualar el último parcial y después ganar los tres juegos siguientes para terminar coronándose.
Con el título en Melbourne, Federer llegó a 89 torneos ganados y demostró que todavía sigue vigente.