Herrera ha demostrado que tiene capacidad de sobra para el superclásico. El tema es que sea un debutante: no solamente dirigirá el primer Boca - River de su carrera sino que además también lo hará por primera vez en la Libertadores. Un combo que puede resultar explosivo teniendo en cuenta todo lo que se pondrá en juego el jueves que viene en la Bombonera.
Las presiones dirigenciales influyeron en la decisión. Pitana era el elegido de la Conmebol y quien se supone tiene más espalda para dirigirlo, pero Boca no lo quería. El antecedente del cordobés (el "no fue córner" de Bianchi) fue clave. Entonces Herrera ganó terreno. Sin embargo, fue tal el tironeo que estuvieron a punto de bajarlo y designar a un ábitro extranjero, algo que sucedería a partir de la próxima edición de la Copa. En esta ya está el nombre. Y es el de Darío Herrera.