La morocha es consultora psicológica, tiene pareja, dos perros y pasa este tiempo de pandemia en Gualeguaychú.
"A veces, la gente piensa que si no salÃs más en la tele dejás de hacer cosas", dice. A los 38 años, la morocha ya no pasa tanto tiempo en los canales como hace un tiempo, pero se ha realizado en un montón de otros aspectos.
El 12 de mayo, en plena cuarentena, se cumplieron 14 años del momento que volvió a Carrozzo una figura mundialmente conocida. TranscurrÃa el otoño de 2006 cuando en Viena, la Capital de Austria, se paseó en traje de carnaval delante de los 64 presidentes que participaban de la Cumbre de primeros mandatarios de América Latina, Europa y el Caribe.
En sus manos llevaba un cartel que visibilizó en todo el planeta la lucha que daba el pueblo de Gualeguaychú, una pequeña ciudad entrerriana que peleaba para que del lado uruguayo del RÃo Uruguay no se estableciera una papelera que pudiera contaminar el agua que tomaban, el aire que respiraban y la vida que transcurrÃan.
"Basta de papeleras contaminantes" decÃa el letrero que, como la pandemia, pegó en los cinco continentes. Después llegó la fama. El programa de Tinelli, las obras de teatro, las tapas de las revistas y alguna que otra aventura televisiva de menor rango. Las lucecitas de colores, fulgurantes en un primer momento, se fueron apagando.
"Mi novio se llama Mauro. Nos conocemos de hace muchos años porque los dos tenemos la misma pasión por el carnaval, pero el amor surgió hace solamente tres años. Convivimos en Buenos Aires, por suerte estamos muy bien" contó Evangelina.
En un momento Eva y Mauro decidieron "agrandar la familia". Por eso tienen dos perros. "El macho se llama Simón y la hembra Olivia. Son hermosos, tiernos, juguetones y muy compañeros. Son los grandes amores de nuestras vidas. Los dos estamos chochos" los define Evangelina, enamorada de sus dos pichichos.
Alejada de la tele, se dedicó a estudiar. "Me recibà el año pasado de Consultora psicológica. Me encanta la carrera, la amo. Vinieron todos mis familiares de Entre RÃos y me llenaron de espuma, serpentinas y papel picado. Fue todo muy divertido", recordó en diálogo con la revista Paparazzi.
"Este año iba a hacer algún posgrado, pero la pandemia frenó todo. Se podÃan hace online, pero en una carrera como la mÃa creo que el contacto es muy importante. Entonces, preferà esperar y hacerlo presencial. El encuentro con el otro es clave" aseguró la morocha.