María Julia Oliván Diagnosticado con TEA

La emoción de María Julia Oliván con el "pequeño gran" logro de su hijo

El niño, que presenta dificultades en el lenguaje y la comunicación que podrían encuadrarlo en el espectro autista, retomó un hábito que la conductora creía perdido. "Es una de las batallas diarias que me empecino en ganar", confesó.

Hace algunas semanas, María Julia Oliván contó que su hijo Antonio, de 2 años, presenta algunas dificultades en el lenguaje y la comunicación que podrían encuadrarlo dentro del espectro autista. Por su corta edad, el nene todavía no recibió un diagnóstico firme, pero la periodista no quiere esperar: ya se asesoró con terapeutas, hizo cursos y a diario aprende cómo es vivir con un niño con TEA.

El jueves fue un día emotivo para la periodista, por un pequeño hecho que para ella significa una gran batalla ganada. Antonio volvió a comer naranjas, una fruta que, según contó, el nene adoraba un año atrás y de repente dejó de aceptar. La alimentación suele ser uno de los grandes dramas de los chicos autistas.

"Los chicos neurotípicos muchas veces tampoco comen frutas pero, para las mamás de nenes que pueden estar en el espectro TEA o CEA, lograr que nuestros nenes no hagan rígidas sus costumbres alimenticias es un desafío constante", explicó María Julia. "Muchas cosas nos cuestan el doble de trabajo y el futuro de nuestros hijitos depende en gran parte de nuestra capacidad de darle batalla -sin caer- al desafío que tenemos por delante", continuó.
Un año atrás, la expanelista de Intratables había compartido un simpático video de "Tony" agotadísimo en su sillita disfrutando de una naranja. "Mamá extraña mucho esos días", confesó Oliván.
La periodista se adelantó a los comentarios de quienes no comprenden el por qué de su alegría. "Ustedes dirán, ¿tanto lío porque el nene comió una naranja? Y sí. Para mí esta es una de las mil batallas diarias que me empecino en ganar", cerró.

Oliván había hablado por primera vez de Antonio como un nene con TEA hace algunas semanas, en su programa radial. En ese entonces, relató uno de los comportamientos que le habían hecho ruido de su hijo: "Llega a un lugar y Antonio dice: '¡Hola!' Y capaz que los demás no lo escucharon y más tarde empiezan: '¡Hola, Antonio!', '¡Hola, Antonio!', '¡Hola!', y él ya no responde al saludo porque ya saludó hace un rato. O tal vez te saluda un ratito, diez segundos más tarde".
Fuente: Tn Show
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