La sospechosa fue atrapada después de cerrar el pacto con un pedófilo, quien iba a pagar 21.200 euros por tener sexo con su hija.
La madre incluso había obtenido un certificado en el que se afirmaba que la pequeña era virgen, además de mandar fotografías "desnudas" de la chica al supuesto "comprador". "Vinimos a Moscu para conocer a un hombre rico, con el fin de obtener ayuda económica después de proporcionarle servicios sexuales por parte de mi hija", admitió al tribunal de Lyublinsky la propia acusada, quien estaba apoyada por dos cómplices: una amiga que se encargó de buscar al comprador y una segunda que también apoyó la operación. A ambas se les ha condenado a tres años y medio. La mujer perdió la tenencia de sus dos hijos.
La "operación" se desarrolló durante el encuentro pactado en un restaurante de la capital rusa. En el momento que se hizo efectivo el negocio y la mujer tuvo el dinero en el bolso, los agentes los arrestaron
Actualmente, la víctima y su hermano viven con su abuela. La madre, quien era asidua a los concursos de belleza, había trabajado como comercial. Sin embargo, la policía también constató que ella y sus cómplices habían ejercido la prostitución con anterioridad.