El hecho ocurrió el pasado viernes en el empate 1-1 entre el Charleroi y el Oostende, por la 17° fecha de la Liga de Bélgica. El encuentro, jugado en la cancha del Charleroi, demoró su arranque unos minutos, para que los más de 300 muñecos fueran retirados.
La iniciativa partió de los dos conjuntos, que buscan de esta manera llevar una alegría a los chicos de la región.