Es el caso de Natalie Landsberg, Gillian Presto y Emily Morse, tres jóvenes de 19 años, quienes comenzaron publicando fotos de lo que comían, sin mayor objetivo que compartir.
Sin embargo, cuando @New_Fork_City -su cuenta conjunta- comenzó a viralizarse hasta llegar casi a los 500 mil seguidores, los restós no tardaron en invitarlas a degustar sus comidas de manera gratuita. Así, también recibieron algunas ofertas laborales innovadoras, como ser "curadoras" de comida en festivales y hasta una posibilidad para crear su propio sabor de masa para galletitas.
La cuenta fue creada cuando aún asistían a la secundaria y sus padres, rápidos de reflejos ante el éxito, gastaron casi U$D 15 mil para registrar el nombre New_Fork_City.
Este fenómeno no solo se traslada a la gastronomía, ya existen estrellas del fitness y de la alimentación sana, entre otras. Aunque comer sigue siendo uno de los placeres preferidos de las personas y muchos de estos nuevos influencers se convirtieron en profesionales a tiempo completo, llegando a tener ganancias de hasta U$D 350 solo por publicar una imagen. El horizonte es infinito.
"Hay personas que deciden a dónde ir a comer según su feed de Instagram, y ese es un hecho que nosotros en la industria de los hoteles y restaurantes simplemente no podemos ignorar", explicó Helen Zhang, directora de estrategia de medios de LFB Media Group, una agencia de relaciones públicas que trabaja con algunos de los restaurantes más importantes de Nueva York.
Otros casos exitosos son los de Andrew Steinthal, cofundador de @Infatuation, que posee más de 400 mil seguidores o Nicole Cogan, quien administra un sitio web y la cuenta @nobread, desde donde rastrea opciones sin gluten, con más de 47 mil fanáticos.
Por su parte, Alexa Mehraban creó @eatingnyc y a partir de su éxito fue contratada por la firma de relaciones públicas Bullfrog + Baum para que sea la community manager estratégica de su cuenta de Instagram.
Estos nuevos emprendedores de Instagram navegan en aguas aún desconocidas. Muchas veces su potencialidad tiene estrecha relación con la capacidad de proyección de la red social y otras con la aptitud para generar una oferta disruptiva con respecto a miles de personas que comparten contenidos similares.
En ese sentido, es el ingenio y, muchas veces la suerte, lo que lleva a una simple cuenta a convertirse en un fenómenos de masas y así emerger como un faro de nuevas tendencias. Sin embargo, saber hasta dónde pueden llegar será siempre una cuestión de followers.