El local, que funciona sobre la calle Córdoba, cuenta habitualmente con agentes policiales que son contratados especialmente para reforzar la tarea que desempeñan los encargados de la seguridad. En este caso, si los policías advirtieron lo que ocurría y no actuaron para impedirlo podrían ser sancionados y hasta quedar imputados por incumplimiento de los deberes de funcionario público.
En algunos medios y a través de las redes sociales trascendió una fotografía en la que se ve a varios jóvenes observando a una chica que se baja en pantalón hasta dejar al descubierto su ropa interior. Algunas personas dijeron que en esa ocasión, el conductor la incitaba incluso a quitarse la tanga para recibir como premio una botella de champagne.
Mariel, una estudiante de la Facultad de Artes de Oberá, estuvo esa noche en el boliche y contó que lo vivido fue la degradación más brutal de la mujer y lo grave es que lo hacen frente a la Policía que debería cuidar a la gente en el boliche. Toleran que se vulnere su dignidad por una botella de alcohol, agregó.
La joven pidió que se preserve la integridad de las mujeres y que la Policía actúe para protegerlas y que no se convierta en cómplice de los empresarios que contratan sus servicios para brindar seguridad dentro de los boliches.
El Juzgado de Paz que inició la investigación pidió a la Unidad Regional II que envíe la nómina de policías que fueron contratados como servicio adicional en el boliche. Una vez obtenida la lista, serían citados a declarar para saber qué vieron dentro del local.
Por su parte, el propietario intentó quitarle gravedad al hecho y consideró que se sobredimensionó la situación. También negó que se realicen en su boliche competencias que tengan como premio bebidas alcohólicas.