Durante todo el tiempo que la joven estuvo desaparecida se hicieron tareas de campo en Mendoza y San Luis para dar con su paradero. Se entrevistó también a todo su círculo íntimo en busca de alguna pista para encontrarla viva, pero también se llegó a pensar en lo peor y buscaron su cuerpo.
Sin embargo, una década después, en mayo del año pasado, la propia víctima fue quien terminó con el misterio al contactarse con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para solicitar beneficios para los hijos que había tenido con su pareja. Así fue cómo las autoridades pudieron por fin localizarla y se dio intervención al Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a personas víctimas por el delito de trata, solo que tras la declaración de la víctima se supo que no había sido captada por una red sino que la explotación sexual que sufría por parte de sus padres era lo que la había empujado a escapar de su casa.
A partir de esta comunicación "se activaron los sistemas de búsqueda" y "la noticia fue cursada a la Fiscalía Federal desde el Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas". La víctima brindó testimonio por videoconferencia con la participación de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) del Ministerio Público Fiscal, agregó el funcionario.