El robo de cables se produjo a la altura del "atracadero de la balsa", a 300 metros del puente que permite el retorno a la ciudad de Santa Fe. El robo de cables y demás elementos de cobre es permanente en Santa Fe y la región, y afecta todos los servicios: de luz, de teléfono, de internet, tanto del ámbito público como también de los usuarios particulares.
Robo de cables
Del tramo vandalizado en la ruta nacional 168, los arreglos del sector comprendido entre el Viaducto Oroño y el río Colastiné corresponden a la municipalidad, mientras que desde ese punto en adelante corresponden a Vialidad Nacional. En tanto, la oscuridad reinante en la zona ya se cobró varios hechos de inseguridad: al menos dos colectivos de la empresa Ersa resultaron con parte de sus ventanillas destrozadas tras recibir impactos de piedras el lunes cerca de las 20 del lunes. El conductor de un camión que pasaba por la zona también denunció haber recibido un fuerte golpe en el parabrisas.
En marzo de 2024 el Ministerio de Seguridad informó que en 30 días se recibieron 100 denuncias en el 911 y 14 personas fueron detenidas en la ciudad, algunas en flagrancia y otras sin poder justificar la procedencia de los elementos. En el Concejo, un proyecto de ordenanza busca prohibir la venta ambulante como ocurre en otras partes de la Provincia.
Plazas, parques, avenidas, casas, departamentos, escuelas y edificios públicos son víctimas del robo de cables. En cualquier zona de la ciudad y a cualquier hora ocurren estos hechos que, si se los compara con otro tipo de delitos resultan menores, pero que en definitiva terminan generando grandes dolores de cabeza para los vecinos que se quedan sin iluminación o telefonía y el Estado en general, que a través de sus empresas, debe encarar los trabajos de mantenimiento.
Todo metal que contenga bronce o cobre es pasible de ser sustraído: medidores de agua, luz, gas, picaportes, placas, porteros eléctricos y algunos adornos se transforman en el blanco de delincuentes. (Aire de Santa Fe)
