La situación no pasó a mayores, sería uno de esos casos en los que aplicaría la frase “fue una desgracia con suerte”. Tras el impacto, la modelo fue llevada a detrás de escena y, una vez que lograron desenredar el aparato de su cabellera, continuó con sus compromisos sobre la pasarela tal cual estaban pautados.
La modelo afrontó la situación con un gran profesionalismo y una sonrisa en el rosto. Una de las personas presentes intentó quitarle el drone pero ante la imposibilidad de lograrlo se retiró y continuaron con las maniobras lejos de la mirada atenta del público.