


Tras el desmoronamiento de la ruta se montó un operativo para impedir el tránsito en la zona. ¿Cómo fue que la camioneta Dodge color gris en la que viajaba una familia con siete integrantes -tres niños- terminó dos horas más tarde en el fondo del río?


Destino fatal
Los Zapata habían viajado a la zona desde la ciudad de Paraná. Marcelo Zapata (42), su pareja Soledad Martínez (23); tres niños: Brian (4) y Jaqueline Martínez (1), y Daiana Ortiz (hermana de Soledad); y los abuelos Rosario González (madre de Soledad) y José Pascua (58), pasaron una tarde de pesca en plenas vacaciones de verano, en la zona cercana a la isla Berduc, a orillas del río Paraná.Caía el sol sobre sus espaldas y resplandecía el ocaso sobre los edificios de la capital entrerriana en la orilla de enfrente. Quizá haya sido la típica mosquitada del anochecer la que motivó a los Zapata a emprender el regreso a casa. Cargaron todo sobre la camioneta Dodge y partieron nuevamente a Paraná. El matrimonio se ubicó en los asientos delanteros mientras que los abuelos y los niños viajaban en la caja con cúpula.


Marcelo y Soledad alcanzaron a escapar del interior del vehículo. El resto de los ocupantes, que se encontraban en la parte trasera, no lo pudieron hacer. Los cinco cuerpos fueron retirados por buzos tácticos durante las primeras horas de la mañana siguiente. La camioneta nunca apareció. Hasta hoy. Porque con la histórica bajante del río Paraná los hierros oxidados con la clara silueta del chasis y los neumáticos retorcidos asomaron otra vez al sol. Y emergió con ellos la memoria de la angustia.


Dos hipótesis
El último vehículo en atravesar la ruta antes de que se desmorone sobre el río fue un colectivo de la empresa Basa. Aquellos pasajeros se salvaron de milagro. Luego alguien alertó sobre el derrumbe, los operarios del túnel avisaron a Vialidad y la policía cortó el tránsito, lo que ocasionó un gran embotellamiento vehicular.
Todo ello ocurría mientras la familia entrerriana disfrutaba de su día de pesca, ajenos a los hechos. Y cuando emprendieron el regreso nadie les pudo advertir que la ruta ya no estaba allí. El corte de tránsito se encontraba en un punto distante de donde ellos habían estacionado, a la vera de la 168. Los acechaba la tragedia.


Otro detalle publicado en la crónica de El Litoral de aquel día, menciona además que el representante entrerrriano del Ente administrador del Túnel Subfluvial, Mario Alcoba, se encontraba en el lugar y fue testigo de lo ocurrido. Según su relato, hasta las 20 un patrullero de la policía santafesina se encontraba apostado junto al socavón. "Pero alguien dio la orden de que se retire unos 200 metros más adelante". Quizá haya sido por el temor a un nuevo desmoronamiento.
"Apenas pasaron unos minutos cuando vimos que la camioneta salía de un costado de la ruta", dijo Alcoba aquel día. "Se dirigía directamente al socavón", continúa su escalofriante relato. "Gritamos, hicimos señas, pero todo fue inútil".
Cuando observaron cómo la camioneta desaparecía bajo el agua corrieron hacia el lugar. "Escuchábamos los gritos de las personas atrapadas, pero no pudimos hacer nada para salvarles la vida". (El Litoral)


