Sociedad

Muerte de estudiante brasileña: El ascensor donde cayó y las pericias

Dos pericias, difundidas en las últimas horas, son las que hacen que la fiscal Cinthia Oberlander empiece a optar por exculpar a los dos jóvenes tenistas que estaban con ella en el departamento.
La Justicia se inclina, poco a poco, a determinar que la muerte de Ana Karolina Fernández, la estudiante brasileña de medicina encontrada sin vida en el hueco del ascensor de un edificio de Avenida del Libertador, fue un accidente o, como mucho, un homicidio culposo por la negligencia de quien debía controlar el ascensor. Dos pericias, difundidas en las últimas horas, son las que hacen que la fiscal Cinthia Oberlander empiece a optar por exculpar a los dos jóvenes tenistas que estaban con ella en el departamento.

Según un cable de la agencia Télam, en las últimas horas llegaron al escritorio de la fiscal una serie de pericias que se esperaban con ansias en Tribunales y en el círculo íntimo de la víctima. Tanto a la familia de Ana en Brasil como a las amigas de Ana Karolina, la Justicia les niega información sistemáticamente desde que sucedió el hecho, según reportan en el entorno de la joven fallecida.

La reconstrucción de lo sucedido indica que el jueves 3 por la noche, la estudiante se juntó con sus amigas en un bar a tomar una cerveza para festejar una materia aprobada. Cerca de la medianoche, su pareja, Juan Ignacio Ameal, la invitó a que se vean en el departamento de su amigo Lucas Okita en Libertador 654. La víctima llegó cerca de las 2.30 del viernes 4: para las 7 ya estaba en el fondo del hueco del ascensor, sin vida.

Los dos hombres dijeron a la policía que estuvieron los tres juntos en el departamento tipo duplex tomando alcohol y que cerca de las 6.30, Ana Karolina se quedó dormida en el living. Luego que ellos se fueron a otra habitación y cuando volvieron ella ya no estaba. Según sus palabras, vieron la puerta del departamento abierta al igual que la del ascensor y ahí llamaron al 911. En el piso 14 aún estaban las zapatillas de Ana Karolina y también su cartera, abrigo y celular.

El primero de los resultados que obtuvo la Justicia en la últimas horas tiene que ver con el examen toxicológico realizado a la víctima. Allí se consigna que Ana Karolina tenía en su cuerpo 1,8 de alcohol en sangre, casi el cuádruple de lo permitido para conducir un auto en la ciudad de Buenos Aires. La otra pericia es, quizás, la más sensible y tiene que ver con el ascensor donde cayó. Tal como adelantó Infobae, ese análisis indicaría que la puerta del ascensor del piso 14 fallaba y por momentos quedaba abierta aún sin la cabina presente.

¿Cual es la hipótesis que maneja la Justicia? Que Ana Karolina se despertó sola, mareada por la ingesta de alcohol y fue caminando con sus sentidos alterados hasta el ascensor, que estaba abierto por esa supuesta falla, y en un traspié cayó sola.

¿Es posible que la chica haya encontrado la muerte de esa manera? Para la fiscal, hasta ahora, todo indica que sí. A eso se suma que según los investigadores "no se encontraron signos de criminalidad en el departamento". No hay imputados. Los dos hombres que estaban con ella esa noche no son mirados como sospechosos por el momento. Por la fuerte campaña iniciada en redes pidiendo justicia tuvieron que cerrar sus perfiles en las redes sociales.

Hay un punto por demás curioso. Desde un primer momento, los investigadores dejaron trascender que en el departamento se había encontrado un polvo rosado que a simple vista parecía ser la droga 2CB, conocida como "cocaína rosa", un poderoso alucinógeno que lleva años dando vuelta en el mercado ilegal y que suele ser consumido por personas de alto poder adquisitivo. Amén de esto, en últimas horas fuentes del caso dejaron trascender que en el lugar no se secuestró ningún polvo rosa. "No nos llevamos nada de eso. Solo fueron versiones y nada de esto figura en las actuaciones de los peritos de la Unidad de Criminalística", señaló una fuente a Télam.

Sin embargo, ese polvo rosa sí estaba en el departamento tal como pudo corroborar Infobae en una de las fotos que se tomaron ese día, una cantidad ostensible.

La sustancia apareció en un cajón y fue fotografiada. La imagen está tomada desde arriba con el cajón abierto. Se puede ver un frasco de plástico de enjuague bucal sabor menta suave. Justo debajo de ese frasco aparecen tres bolsas pequeñas de plástico transparentes. Una de ellas contiene el polvo rosado en su interior. Al costado una cuchara azul, fina y larga, evidentemente usada para inhalar, que también contiene rastros del químico.

Nadie puede sabe a ciencia cierta si eso es efectivamente una droga alucinógena. Eso se determina en un estudio de laboratorio. Lo que no es posible, o altamente improbable, es que en el departamento donde estuvo junto a dos hombres una chica que minutos más tarde fue encontrada muerta no se hayan llevado ese elemento o no les haya resultado de interés.

Tanto las amigas que estuvieron esa noche con ella como los dos hombres que la acompañaron después en el departamento aseguran que Ana Karolina solo tomó alcohol. Eso se corroboró con el estudio de laboratorio. Aún no se conoce el resultado del examen toxicológico realizado a Ameal y Okita.

Por el momento la causa sigue caratulada como muerte dudosa aunque en Tribunales se especula con que eso puede cambiar a homicidio culposo con la persona encargada de controlar ese ascensor como acusado. A pesar de esto, al día de hoy, luego de 25 días del hecho, el ascensor sigue clausurado y hay un policía de custodia las 24 horas del día.

Mientras tanto, la familia de Ana Karolina podrá finalmente recibir el cuerpo de la víctima en el estado de Goiás. El miércoles se terminarían los trámites y podría salir en un vuelo especial. Era uno de los deseos de su madre. El otro es que se haga justicia por su hija.
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