Sociedad Gualeguaychú

La historia del enfermero desocupado que arriesgó su vida y salvó a una mujer

El enfermero de 33 años, fue el gran protagonista de un rescate épico tras lanzarse desde ocho metros de altura desde el puente del arroyo Gualeyán, para salvar de la muerte a una mujer de 48 años que padecía un cuadro depresivo.
Andrés Pablo Velásquez
Foto: Andrés Pablo Velásquez
Crédito: El Argentino
Andrés Pablo Velásquez, es el cuarto de ocho hermanos. Su padre trabaja de changas, su madre es ama de casa y él se abrió solo en la vida, para poder formarse. Pese a que cuenta con tres títulos hoy está desocupado pero pronto abrirá su barbería en Gualeguaychú.

Andrés es enfermero universitario egresado en la facultad de Ciencia de la Salud en Concepción del Uruguay, es marino mercante y guardavidas, "pero actualmente estoy desocupado. Me encantaría trabajar en un barco de ultramar, el último trabajo que tuve fue realizar una suplencia en el centro de Salud de Pueblo Belgrano", recordó.

"Elegí ser enfermero por mi vocación de servicio y porque quería agregar conocimiento a todo lo relacionado con lo acuático y la marina. Hasta ahora nunca tuve oportunidad de poder trabajar como guardavidas", agregó.

El viernes 22 de marzo a las 12, Andrés, regresaba en su auto de Concepción del Uruguay, cuando vio una actitud sospechosa de una solitaria mujer que estaba en el medio del puente apoyada en la baranda. "En el momento en que la vi desde el auto me di cuenta que era una situación de riesgo, al ver a una mujer que estaba sola en el medio del puente sin llevar nada en la mano, no había una caña de pesca. Pasé el puente a 70 Km aproximadamente y tuve segundos para darme cuenta que no era una situación normal. Paré en la banquina y cuando me bajé del auto comencé a caminar hacia donde estaba esta persona, ella estaba exactamente en la mitad del puente y comencé a hablarle a decirle que no se tirara, pero en ese ínterin se subió a la baranda del puente, cruzó la pierna sobre la baranda y cuando estaba a segundos de alcanzarla, me miró y sin dirigirme la palabra se tiró", relató.
Y continuó: "En ese momento corrí hasta el lugar en que se había arrojado y pude ver que había salido a flote. Enseguida comencé a gritar y pedir auxilio, y es allí en donde lo veo a Leandro Gerad que ingresaba a la ciudad en una camioneta desde Concordia, y otra persona que no supe el apellido pero me dijo que se llamaba Walter quien posteriormente fue el encargado de llamar al Hospital Centenario".

Al saber que "Leandro me había visto, me tiré desde el puente para poder rescatarla. Hacía segundos que estaba en el agua y ella estaba en la superficie a los manotazos. Enseguida le hice una reducción de brazo banda, es decir que el brazo pasa por debajo del mentón y se traba en la axila, para asegurarme que su cabeza quedara en la superficie, le pedí que se quedara tranquila, la apoyé al costado de mi cuerpo y comencé a nadar de costado hasta la costa.

En ese momento "me dijo casi balbuceando que se llamaba María y que la dejara ir, pero nadé como pude hasta poder sacarla con la ayuda de Leandro que también ya se había arrojado al agua desde la costa cuando ya estaba llegando. Se acercaron unos operarios de la Cooperativa Eléctrica que me ayudaron a sacar a María, de la playa y llevarla hacia el sol para calentarla, mientras yo le practicaba los primeros auxilios".

Andrés recordó que: "En el momento en que me tiré no sabía con qué me iba a encontrar, pero no pensé en eso en ese momento, solo quería rescatar a la mujer, que estaba en shock. Una vez en la playa y a salvo Andrés le tomó la presión arterial y al ver que estaba dentro de los parámetros normales, me quedé más tranquilo, mientras esperábamos a la ambulancia".

Acotó que "fue todo muy rápido, nunca me imaginé que iba a pasar por una situación así. En aquel momento antes de ver a María arriba del puente, solo quería llegar a mi casa, venía de Concepción del Uruguay".

El reencuentro
Andrés pudo tomar contacto con María nuevamente ayer a la mañana, pero apenas pudo verla. La mujer le agradeció por haber puesto su vida en riesgo para salvar la suya.

"Ella me reconoció enseguida, me abrazó y me pidió perdón, porque cuando yo la apoyé al costado de mi cuerpo, perdí el pantalón y se sentía culpable por eso. Pude estar unos pocos minutos, y le llevé de regalo unas facturas. Pienso ir de nuevo cuando esté más recuperada".

El enfermero, reconoció que a pesar de ser marino mercante, haber estado embarcado en un barco pesquero en Mar Del Plata, nunca pasó una situación límite como le aconteció aquel viernes al mediodía.

"Nunca me tocó hacer un rescate solo, imaginaba que algún día algo de esto podría llegar a pasarme y me había preparado para eso".

En cuanto a su situación personal, pese a tener tres profesiones, Andrés, es soltero, está hoy sin trabajo y decidió ganarse la vida como barbero. Pronto abrirá su propio local en su casa de calle Rivadavia 62.

Andrés es el cuarto hijo de una familia de ocho hermanos, nació en el barrio Trinidad y cursó sus estudios secundarios en la Escuela Soldado Carlos Mosto.

"Quiero seguir viviendo en mi ciudad, pero me encantaría poder ejercer mi trabajo de enfermero mercante a bordo de un barco".

El joven siempre estuvo relacionado con el río. A los 12 años, comenzó a realizar sus prácticas de canotaje en la Escuela del Club Pescadores, con el profesor Roberto Palacios. En 2003 clasificó para los juegos Panamericanos, "pero estábamos saliendo de la crisis y era imposible poder juntar 800 euros para poder pagar el viaje. A los 18 años me fui a Concepción del Uruguay, no tenía trabajo, y poco a poco me las fui arreglando. Me ganaba la vida como pintor y los fines de semana me iba a trabajar al campo a cargar camiones.

Siempre me la rebusqué como pude, cuando me fui a estudiar obtuve una beca y con las changas pude subsistir"
, concretó Andrés Velásquez.
Fuente: Diario El Argentino
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