Sobre las causas de los incendios en el delta del Paraná, Federovisky afirmó que "la mayoría, por no decir todos, son de carácter intencional" y precisó que "hay tres hipótesis operando".
"La primera es la de la utilización del fuego como instrumento de labranza, es decir para alguna actividad agropecuaria y obviamente en este contexto climático está completa y absolutamente desalentado y prohibido, no debería ocurrir", describió. Al respecto, Federovisky aclaró a Télam que eso "no significa que todos los productores utilizan el fuego, no estamos estigmatizando ni generalizando, solamente decimos que es una de las hipótesis de inicio de los incendios".
Otra de las causas la atribuyó a la caza furtiva "aprovechando la bajante del Paraná y las posibilidades que brinda de acceso a las islas". Y puntualizó: "Se utiliza el fuego para abrir brechas e ingresar y ahí hay una simultánea condición de supervivencia por parte de algunos cazadores furtivos que lo hacen porque necesitan y la angurria de quienes los mandan para después comercializar cueros o pieles".
Como tercera modalidad, Federovisky mencionó "el avance de la frontera agropecuaria que fundamentalmente se da por la posibilidad que hoy da la sequía de quemar zonas que habitualmente están inundadas". Sobre este punto, señaló la práctica de colocar "un terraplén alrededor de esas zonas quemadas para impedir que el agua reingrese cuando el río recupere su nivel y de ese modo convertir un humedal en tierra potencialmente productiva o inmobiliaria con una facilidad, y una rapidez inusitada y una ilegalidad absoluta".
Respecto al operativo para combatir el fuego, el funcionario dijo que están trabajando en la zona "más de 120 brigadistas y más de una docena de medios aéreos que nos permiten afrontar esta crisis de los incendios con muchísima fortaleza".
Asimismo, explicó que "cuesta controlar los incendios por varios motivos", como las condiciones climáticas que son "muy adversas y muy favorables" para que el fuego se propague.
"Es el cuarto año consecutivo de sequía, la bajante histórica del río Paraná, el estrés hídrico de la vegetación en pie y una cantidad de vegetación seca acumulada que brinda un escenario muy proclive a que el fuego pueda prosperar", concluyó.