Así sucedía luego de una demora de más de media hora y del pedido de la oposición de levantar la sesión especial para tratar la polémica iniciativa. Parte de la oposición se sentó en sus bancas para exigir que se levante la sesión porque no había quórum. En cuanto el tablero marcó 129 legisladores, el titular de la Cámara dio por comenzada la sesión y encendió la furia en el recinto.
En el ingreso al recinto, ya se habían registrado empujones, gritos e insultos entre los diputados opositores y personal de seguridad. Posteriormente, la diputada Elisa Carrió tomó la palabra y pidió suspender la sesión por el clima de tensión y violencia que se vivía por esos momentos en el recinto y los incidentes que se registraban frente al Congreso entre las fuerzas de seguridad y manifestantes que marcharon contra la reforma jubilatoria.
En medio de un clima tenso, la diputada Elisa Carrió tomó la palabra en la cámara baja, poco después de las 15 horas, para anunciar que se iba a levantar la sesión en la que se iba a tratar la reforma previsional. Uno de los puntos centrales de las críticas era que en el primer trimestre en el que se aplicara la nueva fórmula para calcular las jubilaciones, los ingresos iban a caer. Por eso, la frase de Carrió cobra importancia.
"Nosotros no vamos a contestar a su violencia con nuestra violencia. Vamos a ganar la votación, será otra semana, pero la vamos a ganar", indicó Carrió. Y remató: "Va a haber compensación, por eso estoy sentada acá, así que no asusten más a la gente".