Crédito: El Liberal
El aberrante suceso se conoció cuando la víctima fue hallada inconsciente, tirada en el interior del calabozo, que comparte con otros reclusos.
Ante la dramática escena, los efectivos de guardia trasladaron rápidamente a la víctima al Centro de Salud Banda, donde fue examinado por los médicos de guardia, quienes revelaron que presentaba lesiones compatibles con abuso sexual.
Cuando logró recuperar la lucidez, contó que comparte celda -la cual está ubicada a pocos metros de los baños- con dos detenidos.
El día domingo, cerca de las 22.30 aproximadamente, uno de los reclusos -ubicado en otra celda- decidió preparar "un jugo" en una botella plástica, a la que le agregó al menos seis pastillas de color azul, aparentemente un ansiolítico.
La bebida comenzó a circular de mano en mano. Varios reos ingirieron el contenido de la botella, al igual que la víctima, quien tomó en cuatro oportunidades, porque -según dijo- tenía sed. Más tarde comenzó a hablar incoherencias y se sintió mal, por lo que decidió ir a bañarse.
Tras la ducha regresó a su celda, la cual estaba vacía ya que sus compañeros estaban mirando la tele en otro sector. La víctima entró envuelta en una toalla que le cubría solo sus partes íntimas y cuando se disponía a secarse para vestirse fue sorprendido por otro detenido.
Según denunció la víctima, un sujeto -apodado Gatito- lo tomó del cuello, lo golpeó en el rostro tirándolo al suelo e inmovilizándolo. Le tapó la boca y aguardó a que ingrese otro recluso, conocido como 'Manco', para ponerlo boca abajo y tomarlo de las piernas.
Cuando estaba completamente indefenso, entró a la celda el 'Tucumano' quien lo abusó sexualmente. Más tarde hicieron lo mismo "Gatito", "Manco", y un cuarto llamado Elio, según la denuncia.
El calvario de la víctima no terminó allí, ya que tras el ataque de los cuatro reclusos, ingresó al lugar un quinto maleante apodado "Rengo", quien lo obligó a que le practicara sexo oral. Por último lo abusó un sexto detenido de apellido Villalba. Cansados de ultrajarlo, le dieron una brutal golpiza, dejándolo inconsciente.
Cuando regresó a la dependencia, los acusados se burlaban, 'festejando' que lo habían ultrajado. Los depravados habrían esperado que el celdero se retirara a la cocina para cometer el atroz hecho.
La fiscal de turno ordenó que fuera secuestrada la toalla de la víctima y la botella con jugo para ser analizada. Además fue cambiado de dependencia. La causa llegará en las próximas horas a la Unidad de Abusos Sexuales para continuar con las averiguaciones, publica el diario El Liberal.
