Finalmente, el jefe del departamento médico forense del Superior Tribunal de Justicia, Luis Moyano, fue contundente. "Fue estrangulada", refirió ante el Tribunal conformado por los jueces Miguel Giorgio, Juan Carlos Chemes y Elvio Garzón.
Sumando más datos, el forense Walter Aguirre, en la primera audiencia, aseguró respecto de los resultados de la autopsia: "Las lesiones en vida fueron casi todas. Lo que para mí no fue en vida fue el surco en el cuello. Creo que el informe anatomopatológico es fundamental, el hecho que no haya habido hemorragias en el tejido celular subcutáneo, sumado a la desaparición de un sector de ese surco, más la ausencia de la infiltración sanguínea en el informe anatomopatológico, es lo que a mí me hace decir que eso ocurrió luego de la muerte".
Aguirre, al mencionar que todas las lesiones que encontró en el cuerpo de Agustina Turano fueron en vida, refirió a golpes y contusiones que provocaron diferentes coloraciones en los músculos explorados durante la necropsia.
El médico fue muy prolijo al detallar que podrían existir similitudes en la impresión visual que brindan algunas partes exploradas, si se toma en cuenta que podrían deberse a la posición en que pudo haber quedado el cuerpo luego del fallecimiento y que la sangre suele estacionarse, por gravedad, en regiones que quedan por debajo. Pero, salvadas todas estas dudas y sumados los exámenes anatomopatológicos, solo queda por respuesta que hubo violencia contra el cuerpo de la víctima antes de su muerte y que ya estaba sin vida cuando una soga rodeó su cuello.
Dato al margen y recurrente entre algunos familiares que testimoniaron, e incluso el mismo médico forense, se vieron asombrados por la clase de nudo que estaba atado a un sillón ubicado del otro lado de una pared, tabique que no se unía con el techo y por sobre la cual pasó la soga que en el otro extremo habría sido colocada en el cuello de Turano.
Solo la versión de Actis menciona haberla encontrado así, nadie más la vio pendiendo de la soga y el informe del forense Aguirre indica que "si la joven estuvo suspendida fue por muy poco tiempo".
"Necesariamente para que la suspensión lleve cierto tiempo, los cambios microscópicos tienen que aparecer, en este caso hay una ausencia de detalles citológicos que confirmen una suspensión prolongada sumado a que, en base a las fotos tomadas en la morgue judicial, no aparecen signos de una suspensión, ni en miembros inferiores, ni en extremo distal de los miembros inferiores, que es una zona que por declive se acumula la sangre, para esto requiere el paso de cierto tiempo. En este caso no se vieron", manifestó Aguirre.
Otras pericias que serán interesantes de escuchar son las de los peritos de Criminalística, quienes detectaron sangre en la parte superior de la pared por sobre la cual se colocó la soga y un raspado que sería inverso a la fuerza que se debería haber ejercido si verdaderamente alguien se hubiera dejado caer para ahorcarse. En síntesis, cual si del otro lado de la pared, alguien hubiera tirado de la soga con el cuerpo ya colgado de ella, publica El Diario.