Paraná Perla arquitectónica

Se necesitan 350.000 pesos para rehabilitar el anfiteatro de Paraná

El escenario del Parque Urquiza quedó sin funcionar desde los derrumbes de inicios de 2007. En el lugar, con capacidad para 2.000 personas, nunca se volvió a invertir dinero para su conservación y es muy difícil de recuperar.
El anfiteatro Héctor Santángelo se encuentra en un largo letargo del que será difícil que pueda despertar.
Hace algunos meses que la Secretaría de Cultura de la Municipalidad pidió un relevamiento del estado de la construcción. La respuesta fue negativa: se necesitan alrededor de 350.000 pesos para dejar el anfiteatro acorde a los tiempos que corren.
Es que a una mole de cemento, con capacidad para 2.000 personas, a la que nunca se le volvió a invertir dinero para su conservación es muy difícil de recuperar.
La construcción del espacio, reservado a las expresiones culturales, comenzó en junio de 1983 y se inauguró, sin estar concluida la obra, en diciembre de 1985.
El equipo de arquitectos que ganó el concurso de diseño estaba compuesto por Graciela y Patricia Dujovne, Alfredo Sticech, Osvaldo Lifschitz y Mario Giusti.
La construcción la realizó una empresa ya desaparecida en conjunto con el estado municipal.
Los 100.000 dólares que se deben invertir en el anfiteatro serían destinados al reacondicionamiento del sector de escaleras, a la renovación total de los baños, a la instalación eléctrica, al cerramiento del perímetro y a la posible instalación de un techo parabólico en el escenario.

Condiciones
El secretario de Cultura municipal, Daniel Rochi, analizó uno por uno los puntos en donde se tendría que depositar el dinero: “Primero tiene que ser un lugar seguro para los espectadores, se tiene que cerrar porque ningún productor quiere invertir en un lugar en donde no va a poder cobrar la entrada, tiene que tener un techo para las lluvias de verano y hoy la instalación eléctrica no respondería a la demanda de los equipos de sonido”, sentenció el funcionario.
Claro que cualquier modificación se realizaría teniendo en cuenta el diseño original.

Sin presupuesto
En la Secretaría de Cultura municipal pensaron en incluir en el Presupuesto 2009 los 350.000 pesos que se necesitan para la reforma del anfiteatro.
Luego de analizar la situación decidieron dar marcha atrás con el proyecto por ser prácticamente inviable.
En el área aseguran que no sólo es costoso el mejoramiento sino que luego se tiene que seguir manteniendo, inclusive con personal exclusivo para el sector.
Rochi justificó la medida: “Las programaciones locales llevan entre 200 o 300 personas y el anfiteatro recién con 1.000 personas toma un poco de color”, declaró en cuanto a la capacidad del lugar.
En la ciudad existen cientos de propuestas culturales, pero que no tienen una convocatoria masiva como para tener con vida el anfiteatro.
Por ello, en el Estado municipal esperan por los inversores privados que puedan aportar capital y trabajar en una sociedad mixta.
La cadena hotelera internacional, que llegó el año pasado a la ciudad, había realizado algunas consultas sobre el teatro al aire libre pero sólo fueron averiguaciones.
Por lo pronto en las temporadas de primavera y verano, las más lindas para apreciar espectáculos al aire libre, el anfiteatro no tendrá funciones en su cartelera.

Cultura y naturaleza
El nombre del anfiteatro Municipal recuerda a Héctor Santángelo quien fuera propulsor de la actividad teatral en la provincia.
El lugar del emplazamiento es una zona de depresión natural de la barranca; y esa circunstancia fue aprovechada por los arquitectos para desarrollar las líneas y formas.
Tiene capacidad para 2.000 personas y es un escenario para espectáculos teatrales, cinematográficos o musicales al aire libre ya que su acústica es realmente perfecta, lo que permite escuchar y ver desde cualquier ubicación.

Un verano en el Juan L. Ortiz
En la Secretaría de Cultura de la Municipalidad decidieron apostar, como un emblema de la gestión, a recuperar el centro cultural Juan L. Ortiz, ubicado en el bulevar Racedo, con las vías del ex ferrocarril a sus espaldas.
Con un nuevo sistema de audio y un flamante piso en el escenario de la sala principal que tiene capacidad para 250 personas. El Juanele tendrá una reinauguración acorde a sus refacciones.
“Se realizó un inversión que rondó entre los 40.000 o 45.000 pesos. Sabemos que tendrá mucha actividad y que amortizaremos el gasto”, aseguró Rochi, secretario de Cultura.
Entre algunas de las obras más importantes están las salidas de emergencia con las que no contaba el edificio.
La sala cuenta con dos personas que se dedican en forma exclusiva a la sala principal que está teniendo una actividad teatral como hace tiempo no se veía.

Pinturas
El anfiteatro fue pintado en los últimos días por empleados municipales con los colores patrios. Si bien la intención era cambiarle la imagen no se respetó la idea original de la construcción que era resaltar las piedras en armonía con la naturaleza.
La idea que ganó el concurso de diseño tuvo en cuenta los planos originales del arquitecto francés Carlos Thays quien fue el que diseñó el Parque Urquiza.
Un grupo de vecinos está pidiendo, en diferentes áreas del municipio, que se frene con la pintura y se vuelva al estado natural.
Las paredes estaban escritas con pintura en aerosol pero no era necesario pintar el lugar con los colores que desequilibran la armonía del sector del Parque conocido como la Boca del Tigre. (diario Uno)
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