Según el relato del propio chofer Darío Rubén Ebertz, después del violento ataque en el que sufrió heridas y durante este momento dramático "Horacio Paolini tuvo que tomar el volante" porque se quedó "sin aire por unos segundos". "Ahí pensé 'que sea lo que Dios quiera'. Aceleré y me encontré otra vez con un montón de gente de River. Dije: 'Tragame tierra'. Cuando escuchaba a los chicos gritando arriba me agarraba más desesperación", aseguró.
Y agregó: "Dios me mandó un ángel que es Paolini que agarró el volante. Porque si me desvanecía y nadie agarraba el volante no sé qué hubiera pasado".