La diferencia se vio reflejada en los números, ya que el argentino rompió únicamente el saque de su rival en dos ocasiones (de cinco intentos) y Edmund, por su parte, logró siete en diez. Además, el británico conectó 30 golpes ganadores y Olivo, tan sólo 15.
A pesar de esto, Renzo dejó una gran performance en el segundo Grand Slam del año y dejó en claro que es una de las próximas grandes raquetas del tenis argentino.