Con el histórico partido de la Liga Europa contra el Genk a la vuelta de la esquina, el técnico argentino Eduardo Berizzo reservó a sus mejores jugadores. Fue una clara demostración de intenciones: Aspas, Hugo Mallo, Radoja y Cabral en el banco; Wass y Jonny fuera de la convocatoria. Todos ellos, indiscutibles en su formación titular, vieron cómo sus compañeros apenas inquietaron al Eibar. El plan B del Celta naufragó ante un conjunto vasco que se mostró sólido y efectivo cada vez que pisó el área rival.
El choque estuvo condicionado por el tempranero gol de Kike García. Pedro León, en el minuto 5 del segundo tiempo, sentenció el duelo.