El cotejo tuvo un hecho particular, cuando en el entretiempo, el entrenador Iván Delfino increpó a su par Sebastián Beccacece por entender que le había gritado el gol del empate.
Beccacece celebró con euforia fuera de su zona, con gritos de desahogo y bronca y la mirada puesta hacia el sector del banco de suplentes local. Por supuesto, esto no pasó desapercibido por Delfino, quien lo tomó como una provocación y segundos después cuando el juez señaló el cierre de la primera etapa, lo tomó del cuello y lo llevó hacia la zona del túnel.