Si bien la medición de los pies es minuto a minuto, el panorama general que se enfrenta en los puertos del Gran Rosario es complicado porque el nivel de agua impide a los buques cargar a pleno sus bodegas. Están zarpando con cantidades mucho menores a su capacidad y a los contratos comerciales que habían pactado.
Menos carga
“Ayer estábamos con tres pies menos pero hoy la situación puntualmente cambió y los barcos están saliendo con dos pies menos. En el día de hoy cada barco que zarpa lo hace con 4500 y 5500 toneladas menos debido al bajo nivel del agua, que significa alrededor de un 10% de la carga total de un barco”, explicó a LaNación Guillermo Wade, gerente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM).“Ayer estábamos peor, embarcando con entre 6300 y 7000 toneladas menos de cargamento por barco. Igualmente seguimos pudiendo trabajar. Hoy estamos en 31 pies en vez de los 34 pies de profundidad de calado”, agregó.
Perspectiva
Para Wade, la situación va a empeorar en un futuro próximo porque se va camino a tener cuatro pies menos. Ejemplificó que “se perderán entre 8000 y 10.000 toneladas por barco, con el costo extra que eso significa”.Si bien en el sector agroindustrial no lo ven a este tema como una urgencia, ya están en alerta. Para Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara de Puertos Privados Comerciales, es un asunto que preocupa pero aún no lo tienen “como inminente”. En este sentido, entiende que “es altamente probable que se tenga un río con agua baja como en el año 2020”.
El impacto
“La baja que ahora se está produciendo en el Alto Paraná, que perjudica más a la soja paraguaya que baja, en la zona de Posadas y Encarnación, a nosotros nos va a impactar en unos meses. Es clave la lluvia en Brasil, pero la suerte ya está echada porque llovió poco”, remarcó.Según Wade, las perspectivas a futuro, al igual que en 2020, no son favorables porque con la cosecha gruesa en proceso la bajante del río continuará hasta diciembre, cuando recién regresen las precipitaciones estacionales.