La primera vez que los científicos se percataron de la grieta de África fue en 2005. Desde ese entonces, geólogos monitorean constantemente este fenómeno natural, que ayuda a comprender cómo se conformaron los continentes cómo los conocemos hoy en día.
El monitoreo satelital permitió a los científicos dilucidar que la grietase separa unos pocos milímetros por año. Es por ello que se sabe que la conformación del nuevo continente llevará al menos 5 millones de años.