El "Pelado" formó parte del equipo que perdió la categorÃa en 2011 como futbolista. Una vez consumado el descenso, se calzó el buzo de entrenador y se hizo cargo del peor momento de la historia del club. Tras una temporada durÃsima, el "Millonario" retornó a primera división. En una jugosa entrevista con Súper Deportivo Radio por Radio Villa Trinidad, MatÃas Almeyda realizó una polémica denuncia que involucra a Boca: "Recuerdo bien ese partido, una injusticia. Fue el inicio para irse a la B. Ese dÃa, no nos cobraron unos unos cuantos penales y cambiaron el árbitro la noche previa. Fue todo un poco raro", señala Infobae. Almeyda se refiere al último Superclásico disputado en la Bombonera, previo al descenso de River. Fue el 15 de mayo de 2011, con victoria de Boca por 2 a 0 con goles de Juan Pablo Carrizo, en contra, y MartÃn Palermo. El árbitro fue Patricio Loustau, quien tuvo un mal desempeño y expulsó a MatÃas Almeyda y a Clemente RodrÃguez.
Como dijo el "Pelado", ese partido fue el principio del fin. Porque River, que venÃa de caer ante All Boys y buscaba un triunfo en la Bombonera para resurgir y abandonar el fantasma del descenso, se hundió aún más al perder su clásico rival y luego no volvió a ganar en el torneo, que terminó con la promoción ante Belgrano y el posterior descenso a la B Nacional.
Tras la expulsión en aquel encuentro, MatÃas Almeyda se retiró de la Bombonera besándose la camiseta. "Lo hice por la pasión y amor por la camiseta que llevaba puesta. River fue mi casa. Sentà orgullo por lo que llevaba puesto, e injusticia por lo que habÃa sido ese partido. Lo recuerdo muy bien, fue el inicio de haberse ido a la "B". Ese dÃa no nos cobraron unos cuantos penales, se habÃa cambiado el árbitro a la noche, fue todo raro. Lo que hice fue en protesta. Yo era uno de los más grandes y me daba cuenta de muchas cosas y de lo que iba sucediendo. Me hubiese encantado hacer uno gol y hacer eso, no por salir expulsado", recordó.
Y sobre el paso en la B, agregó: "Fue un año muy difÃcil. Nunca habÃa vivida algo asà como jugador. Era destructivo. Si hacÃamos 7 goles era porque no jugábamos contra nadie, y si nos metÃan dos, éramos los peores. Ese año envejecà 7, porque lo vivÃa con mucha pasión. Dios quiera que nunca más descienda, pero sirvió para que se den cuenta que los grandes caen y hacen las cosas mal para caer. Por más que seas grande, las cosas se hacen bien".
MatÃas Almeyda también habló de los ataques de pánico y la depresión en la que cayó pero pudo salir. La idea del suicidio y la vital ayuda de su familia. A continuación, las frases más importantes del actual DT de San José Earthquakes de la Major League Soccer de los Estados Unidos. Su retiro del fútbol profesional y la visión que el hincha de River tiene de él:
"Mi etapa como jugador fue linda, no con el final que deseaba. Me hubiese encantado retirarme despidiéndome como la gran mayorÃa de los jugadores, poniéndome los botines y diciendo 'bueno este es el último partido que juego'. Mi final fue un poco como fue mi vida, me fui a la "B" con River y a los tres dÃas asumà como entrenador. Todo bastante extraño. Tocó asà y se acepta y voy para adelante".
"El hincha de River en su mayorÃa demuestra mucho cariño y no se olvida de muchas cosas importantes. Me queda eso. Me hubiese gustado terminar mi etapa como jugador, quedó abierta. Abrocharte el botÃn y con el pitazo final decir, acá terminó, y no lo tuve".
Los ataques de pánico y sus problemas con la depresión:
"Todos te enseñan a jugar pero nadie te enseña a retirarte, a dar un buen pase pero no a estudiar. Mientras jugás al fútbol sos analizado por el mundo que nunca jugó al fútbol, es una pasión de multitudes pero se vive las 24 horas. Hay que ver qué problema tuvo el jugador, si se peleó con la novia, si su hijo tiene fiebre, y mucho más. Eso juega en un nivel emocional muy grande".
"En el ambiente del fútbol hay mucha hipocresÃa, cuando jugás te llaman mucho, cuando dejás empiezan a dejar de llamarte, cada vez menos hasta que no lo hacen más. Yo eso lo puse a prueba conmigo porque me retiré a los 30 años y jugaba en el Inter de Milán, tenÃa contrato y decidà no seguir más y volver. Los cercanos, no mi familia sino otros, me decÃan que estaba loco porque dejaba mucho dinero, por el momento en el que estaba y por estar en ese tiempo en la Selección, y yo a mi vida la vivÃa desde otro lado. Ahà me di cuenta de la falsedad y el interés que hay en el ambiente del fútbol y dije, 'algún dÃa seré entrenador y por lo menos mi trato hacia el jugador va a ser totalmente diferente'".
"Desde ahà comencé a entrar en una depresión grande porque me dà cuenta en la falsedad en la que vivà durante muchos años. Arranqué con una psicóloga y de a poquito fui saliendo y por suerte eso ya quedó en el pasado. Un ataque de pánico es cuando te quedás encerrado. No soy un especialista en esto pero era lo que sentÃa yo, no querÃa salir, no querÃa ver a nadie, uno tiene familia. En ese momento prioriza a uno mismo y se olvida de los demás, a mi hija no le importa si yo gano o pierdo, le importa que le dé un abrazo y una caricia como un padre normal, que asista a un acto del colegio, que me integre con los demás padres como cualquiera".
"Hay muchos deportistas que lo sufren, que entran en depresión y terminan mal por eso. Yo me animé desde hace años a contarlo. ¿Saben qué me decÃan cuando me animé a contarlo? 'Eso no te conviene contarlo, eso está mal'. Después cuando habÃa partido me enfocaban la cara de cerca y algún periodista decÃa 'está depresivo'". "Siempre vivà la vida desde mi lugar, si tenÃa vacaciones no me iba a Cancún, me iba a Azul, para mà la playa más linda del mundo estaba en Azul. Siempre estuve muy cerca de mi familia y amigos. Son los mismos de Azul, no tengo amigos nuevos, son todos de aquella época. Sà he conocido por medio del fútbol un montón de gente buena. pero mis verdaderos amigos están allá. A ellos no les importa si soy MatÃas el que jugó, soy MatÃas el amigo.
Si alguna vez se le cruzó por la cabeza suicidarse:
"No, pero te vas autodestruyendo, yo me autodestruÃa con el alcohol. Mi mujer me filmaba en las fiestas que hacÃamos, eso obviamente llevaba a discusiones. Me decÃa: 'estás quedando como un payaso, hablas de más'. Yo decÃa: 'No, estoy bien'. Después cuando me veÃa me daba mucha vergüenza lo que estaba haciendo. Ahà entrás en una autodestrucción que te puede llevar como en muchos casos a suicidarte. Pero no, yo tenÃa a mi familia, a mi mujer, a mi hija que era chiquita, a mi papá y mi cuñado, a mi hermana. Todos ellos estuvieron muy cerca, no dejaron que cayera tanto. Si bien me costó, el apoyo de los familiares es fundamental.
El tratamiento y su sueño de tener un partido de despedida:
"En 2002 el Inter tenÃa psicóloga y con ella lo hablé y comencé a tratarlo al tema de la depresión. No querÃa jugar más al fútbol. Ella le decÃa a mi mujer que iba a cometer un gran error si lo dejaba, y por eso digo que nunca cerré mi carrera como jugador. Por eso algún dÃa lo voy a hacer, en Azul, voy a hacer un partido y me despediré ahÃ, la tengo que cerrar. Aguanto 15 minutos pero bueno".
Qué cambiarÃa como futbolista si volviera a tener 15 años:
"No estoy arrepentido de lo que he hecho y agradezco a Dios la posibilidad que me dio, pero lo hubiera pensado de otra manera. Hoy hablo mucho con los padres, el fútbol cambió, hoy no es el mismo y va todo muy rápido. Se queman muchas etapas en los jugadores, hay un gran problema que es buscar una máquina en un jugador de fútbol para explotarlo y sacar dinero, hoy me siento mucho a hablar con los padres y les explico todos los pasos que tiene la carrera de un futbolista. No se forman jugadores personas, sino jugadores máquinas, les digo que nunca dejen de estudiar. Yo no sabÃa ni sacar un pasaje de avión, desde ahà es donde dirijo yo, desde ahà es donde trabajo".