Primero fue el turno de los juveniles, le siguieron los arqueros suplentes, luego los futbolistas de menor renombre. Así, hasta llegar a las grandes figuras del plantel de Marcelo Gallardo. Todos tuvieron su entrada triunfal al escenario, algunos de ellos lo hicieron con sus hijos en brazos, como el caso de Martínez Quarta o Montiel. Rodrigo Mora fue uno de los jugadores más aplaudidos. Luego, claro, los que jugaron la final ante Boca recibieron una verdadera ovación, en especial Pity Martínez y, por supuesto, Gallardo.
Pasaron dos semanas desde el histórico partido entre River y Boca en el Santiago Bernabéu, donde el Millonario se consagró campeón de la Copa Libertadores. En el medio se jugó el Mundial de Clubes, por lo que el reencuentro entre jugadores e hinchas se estiró hasta esta tarde. River aterrizó a la tarde en Ezeiza y miles de hinchas disfrutaron del festejo en Núñez.
El juego de luces tuvo complicidad con la noche. Los últimos futbolistas en subirse al escenario lo hicieron en medio de los flashes. Lucas Pratto ingresó antes de que Goycochea presentara al Pity Martínez, que se llevó una de las grandes ovaciones de la noche. Al grito de "el Pity Martínez qué loco que está", el exjugador de Huracán tuvo su despedida, con su hija en brazos. Marcelo Gallardo, acompañado por dos de sus hijos, entró con el trofeo en brazos. Ponzio y Maidana lo esperaron en el escenario para levantarlo bien alto.
El técnico de River fue el primero en hablar. Lo hizo conteniendo las lágrimas, mirando a sus jugadores. Fue una charla de agradecimiento, que finalizó con todos sus futbolistas yéndolo a abrazar. "Dale campeón", fue el grito de todos.
"Gracias gente, gracias por habernos esperado. Traemos la copa a casa", gritó Leo Ponzio, entre las cargadas de sus compañeros. "Ver disfrutar a la gente es una felicidad, quería despedirme de cada uno de ellos, acá soy muy feliz", llegó a pronunciar Pity Martínez, entre lágrimas. "Me tiembla el cuerpo, no puedo hablar", cerró. Después del escándalo e incidentes ante Boca en la final, los verdaderos simpatizantes pudieron vivir una fiesta en el Monumental.