-En qué punto está tu vinculo con la selección nacional, ¿está cerrado ese ciclo?
-No lo puedo cerrar del todo, me cuesta muchÃsimo, y más cuando todavÃa estoy activo. Ahora, después de una temporada de 100 añ... de 100 partidos, digo, meterme en otro desafÃo para el que no estoy preparado fÃsicamente para afrontarlo, es difÃcil. Es muy demandante y ya ni siquiera tengo el juego como para ser parte de todos los partidos que exige una selección. Allá tenemos un equipo de 15 jugadores, con más recambio. En la selección se entrena todos los dÃas, de la mejor forma y no estoy en condiciones de hacer eso. Y yo no me puedo ni entrenar todos los dÃas. No sé si en un año cambia o no. Pero no quiero generarme expectativas, ni hacerlo con los demás. No sé cómo me va a ir este año, porque veo que mi rendimiento va cayendo. Si a los 38 no estoy para hacerlo bien? Es indefinido, pero lo veo como tirando a remoto.
Uno de los pocos aspectos en el que has sufrido crÃticas tiene que ver con tus renuncias a la selección. ¿Cómo convivÃs con eso?
A veces me dolió, como todos. Después uno aprende a tomar la crÃtica de las personas que más respeta y lo anónimo dejarlo de lado, como al que nunca me vio jugar antes y que sólo escucha que Ginóbili no va a jugar en la selección. Inicialmente no querÃa leer las crÃticas. Ahora ya tengo otra versión de la situación. Ya tengo 38 años. Fue una decisión que yo tenÃa que estar listo para afrontarla. La primera vez que no jugué fue en 2007, pero también sabÃa que, si querÃa tener una carrera larga, tenÃa que empezar a elegir.
-El PreolÃmpico está cerca, ¿hablás con los muchachos o preferÃs correrte para que no te haga más cosquillas todo eso?
-Algún mensaje de vez en cuando. También pasa que cuando comienza un proceso, como todo grupo, es como que se cierra en su objetivo y uno lo mira desde afuera. Me pasaba a mà cuando estaba en la selección, que me mensajeaba con Fabri [Oberto], Pepe [Sánchez]o el Puma [Montecchia], pero el grupo está concentrado en lo suyo y uno se mete dentro de eso. Sos en cierto modo uno de afuera. Hay un diálogo y no estoy en el dÃa a dÃa.
¿Cómo ves las sucesión de la Generación Dorada? ¿Es traumática, tiene que ser traumática, es normal que lo sea?
Es normal que suceda. Fue un grupo muy único, extraordinario. Con jugadores de mucho talento, con sacrificio, en diferentes posiciones. Ahora, en los Panamericanos los dos mejores jugadores eran dos bases, eran ellos los que tenÃan que tirar del carro. Eso hace que el equipo tenga que funcionar de otra manera. Fue algo muy particular lo que vivimos. Pero trato de no ser resultadista y pensar que no sólo es un éxito si llegás a un podio. Hay veces que si jugás de la mejor manera que podés hacerlo, te superás, ves un equipo que no dice mucho, pero termina peleando y te representa bien. Si hay un equipo que se comporta como debe, que sabe ganar y perder, es suficiente. Es posible que el oro no nos toque nunca más, no lo sé, pero se puede ser ganador igual con eso.
-¿Lo mejor de la Generación Dorada es que supo ganar y también perder?
-Yo creo que sÃ. Hemos perdimos más de lo que ganamos. Nos comportamos de una manera particular, contagiamos una manera de comportarse dentro de la cancha. Cómo supimos convivir, a pesar de tener personalidades diferentes, de jugar en posiciones distintas, en ligas de distintos paÃses. Creo que va a quedar en el tiempo. Hay que seguir sembrando y que pase de generación en generación. Cuando uno ve ahora cómo juegan las selecciones menores, es como que se advierte una forma de comportarse diferente a lo que se veÃa años atrás.
¿Pudiste hablar con Carlos Delfino sobre su situación?
-Muchos mensajes. Es increÃble lo que le pasó y lo que le está pasando. Era una ilusión que pueda volver a jugar, que esté en una cancha, que forme parte de un grupo. Pero se sigue postergando la recuperación y me duele, nos duele, porque queremos verlo en la cancha. Si juega este campeonato es anecdótico, porque lo importante es que pueda volver a jugar y que pase este nubarrón, porque dos años seguidos sin jugar es demasiado. Lo quiero mucho al Cabezón, que vuelva lo antes posible y que se sienta bien.
Fuente: La Nación