Cabe recordar que todas las víctimas -jóvenes de entre 16 y 24 años- eran primos, y habían ido a bailar a la zona de Ramos Mejía. De acuerdo con los sobrevivientes, el accidente fatal involucró a dos automóviles, pero uno de ellos, un auto gris, se dio a la fuga. Sin embargo, se investiga si un tercer coche intervino en el incidente.
El Nissan Tiida color champagne habría perdido el control, se subió a la vereda, circuló contra un paredón y embistió a los jóvenes, arrastrándolos incluso por varios metros. El conductor fue detenido y luego liberado.
Según trascendió, el automóvil que atropelló a los jóvenes registraba al menos dos multas por exceso de velocidad.
Relatos de testigos aseguraron que Cuevas habría estado corriendo una "picada" contra un Volkswagen Bora que todavía no pudo ser ubicado.
Sin embargo, el conductor negó en todo momento que venía corriendo una "picada", al tiempo que uno de sus acompañantes admitió que previo al accidente, en un boliche, consumieron bebidas alcohólicas.
Para el fiscal de la causa, Alejandro Jons, Cuevas "venía corriendo picadas y tuvo desprecio por la vida".