El dinero sustraído era lo recolectado en el día, contó.
Por suerte no le hizo nada, se llevó la plata nada más. Igual, es un bajón trabajar y que te roben, destacó la mujer.
Mencionó que se encontraban revisando lo captado por la cámara de seguridad del local.
De acuerdo a las imágenes, dijo la empleada, venía caminando rápido, le mostró el arma y dio la vuelta por el lado de adentro del mostrador. Ella se corrió. Él revisó las cosas, se llevó la plata y unos cigarrillos.
Tenía un gorro gris, una remera blanca con verde, y de acuerdo a lo que me contó Mari (la empleada asaltada), tenía tatuajes en uno de sus brazos.
La policía vino enseguida, dijo la joven. Elonce.com.