El personal de la Brigada dependiente de la Dirección de Prevención de Delitos Rurales estaba realizando un operativo vehicular frente a la Casilla Sanitaria municipal bajo el mando de su jefe, el oficial principal Marcelo Galarza, procediendo a detener un camión con caja térmica que ingresaba a la Gualeguaychú.
En el camión -un Mercedes Benz perteneciente a la empresa Transporte TL S.A., de Ituzaingó, Buenos Aires-, se transportaba carne aviar para ser comercializada en la sucursal local de una cadena nacional de supermercados, por lo que se requirió al chofer la documental que avalara la operatoria.
En esa instancia fue que los brigadistas comprobaron que el responsable del transporte no contaba con los papeles necesarios para tal fin, ya que carecía del permiso de tránsito y del certificado sanitario que lo habilitara para ingresar a Gualeguaychú con la carga.
Nerviosamente el camionero exhibió un permiso sanitario, pero el mismo solamente tenía validez para Concordia, donde ya había realizado la entrega.
Ante la evidente falta a la Ley Provincial de Carnes, se procedió a inspeccionar la carga alimenticia, constatándose 3.789 kilogramos de pollos enteros con menudo, como así también cuarto, supremas, pollo trozado y milanesas, transporte que no se ajustaba a derecho por los motivos expuestos.
La totalidad del cargamento fue decomisado de inmediato, interviniendo luego el médico veterinario policial, quien certificó el procedimiento, verificando además que el supuesto infractor no vestía la indumentaria obligatoria y que el precinto de seguridad que correspondía no estaba colocado en la puerta del térmico, teniendo otro con numeración diferente.
Con todos estos argumentos el profesional sumó su dictamen de decomiso, agregando que la carne aviar reunía las condiciones organolépticas para ser consumida por los humanos, autorizando la entrega a las entidades de bien público.