Rubén Lui, dueño de un puesto de venta de churros en Avenida Ramírez, dialogó con Elonce sobre las nuevas innovaciones con las que cuenta: “Estamos con los más clásicos. Los churros salados serían con roquefort, salame y queso, jamón y queso e iremos agregando como siempre”.
“Se vende durante toda la tarde, pero es lento. Tipo 19:30 de la tarde ya lo asocian con la cervecita y se empieza a mover mucho más lo salado. Me sorprendió lo que se movió tan rápido lo salado porque acá no se conocía”, indicó sobre la venta. Aclaró que tienen como anexo a las tortas fritas, pero aseguró que “siempre los churros van a ir adelante”. En ese sentido, contó la propuesta dulce: “Tenemos de chocolate semiamargo, crema pastelera muy rica, dulce de leche y dulce de batata. La gente acompaña”.
“La gente no nos permitió dejar las tortas fritas, así que estamos agradecidos con ellas. Es complicado hacerlas porque nuestro proceso es casero y no hay nada industrializado”, señaló sobre el requerimiento de la gente. Sobre la elección de la gente, explicó: “La gente lleva mucha cantidad. Aparentemente deben hacer mandados con los vecinos, pero las cantidades son muy grandes. Por ahí se demoran, pero los clientes esperan una hora u hora y media”.