Las tratativas estaban en manos del Citibank, que tenía mandato para negociar la filial local de Walmart, quien ayer a última hora comunicó que se había otorgado la exclusividad a un solo candidato: uno de ellos sería el propio De Narváez, que habría sumado a José Luis Manzano como socio. Pero también trascendió que a último momento, el propio Coto presentó una oferta muy agresiva, muy por encima de los cálculos, que contempla la continuidad de los 9.000 empleados que Walmart tiene en el país. Además de De Narváez y Coto, Walmart tenía otros interesados: los principales eran Inverlat -la dueña de Havanna- y un consorcio en el que destacan el empresario logístico Oscar Andreani y el fondo Carval. El proceso de selección del comprador se interrumpió anoche, cuando el Citi comunicó a todos los grupos interesados que la operación estaba casi cerrada. Incluso De Narváez recibió varios llamados de felicitación, pero para sorpresa de todos, surgió la novedad de Alfredo Coto. El empresario habría viajado en las últimas horas directamente a los Estados Unidos para presentar una oferta directamente a la casa central.
La partida de Walmart se produce en un momento difícil para el supermercadismo. En facturación, es la 4° cadena del país detrás de Carrefour, Cencosud (Jumbo, Disco y Vea) y Coto. El dato es relevante para la tasación, pero no es el único. Del total de los puntos de venta y producción, la cadena tiene 68 edificios de su propiedad. El resto son alquilados. Lo que está fuera de discusión es el traspaso de la marca Walmart, que será retirada del mercado argentino en un plazo a convenir con el comprador. No así Changomas ni Punto Mayorista, que formarán parte del paquete.