"Fueron momentos muy duros los que me tocó vivir a mí y a mi familia, me llevaron preso por comprar un hotel por dos mangos", se defendió el dirigente. Acto seguido, agregó: "Muchos gansos hablaron pelotudeces. Jamás tuve un cheque rechazado y jamás me llegó una carta documento reclamando un pago a los jugadores".
Luego se refirió a la posibilidad de volver en un futuro al club: "Nunca me voy a ir del fútbol hasta el último suspiro de mi vida. Soy muy agradecido a Independiente. Para mí fue un honor haber sido vicepresidente. Desde algún lugar voy a colaborar, pero ahora hace tres años que no hablo con ningún dirigente del club".
Y además, como es una constumbre a él, le pegó a Ariel Holan, técnico durante su gestión: "Independiente es una máquina de generar dinero, pero nos arruinó económicamente, el tipo que lloraba y se besaba la camiseta".